“Este chaleco que traigo puesto es para la gente que tiene discapacidad auditiva y va a poder vivir el concierto esta noche con un intérprete que va a estar ayudándolos a describirles lo que está pasando arriba del escenario. Vamos a disfrutar todos esta noche el concierto. No va a haber límites”, compartió Samo, integrante de la agrupación Camila, previo a uno de los shows de la banda mexicana.
El proyecto forma parte de Vibra, una apuesta de Fundación Ocesa que está por cumplir un año y que busca dar acceso a la comunidad de sordos a espectáculos musicales, a través de chalecos sensoriales e interpretación desde el escenario.
El Censo de Población y Vivienda 2020 señala que en México hay 20 millones 838 mil 108 personas que viven con esta condición; la cifra representa 16.5 por ciento de la población mexicana; el desarrollo tecnológico ha abierto una oferta de entretenimiento inclusiva a su vez, un nuevo mercado laboral.
Un proyecto que inició con Coldplay
Fue en 2022 cuando las redes sociales comenzaron a llenarse de videos sobre la gira mundial de Coldplay. La reconocida banda británica llamó la atención de fans e internautas por un proyecto único en el que estaba abriendo la conversación sobre la necesidad de brindar nuevas opciones de esparcimiento complementario a personas con discapacidad auditiva.
Con chalecos que transmitían vibraciones musicales a sus usuarios, el grupo cautivó a quienes por primera vez estaban viviendo un fenómeno de esta naturaleza. Durante su paso por México, la agrupación pidió a Ocesa que operara estos dispositivos.
“Cuando hicieron la gira nos pidieron que lo operáramos. Ellos tenían sus propios chalecos. Nos pidieron que lo manejáramos en las tres ciudades en las que tendrían conciertos, invitando a las personas sordas, llevándoles intérpretes de lengua de señas, y cuando vimos el impacto sabíamos que teníamos que tenerlo”, compartió a MILENIO Karla Pérez-Gil del Valle. Gerente de Fundación OCESA.
Fue así que la organización de la industria de entretenimiento comenzó a buscar proveedores para tener el equipo necesario y echar a andar el programa.
En agosto de 2023 nació el Proyecto Vibra, el primer evento de la propuesta fue Festejando a los Grandes, un evento interno en el que hacen una fiesta por el Día del adulto mayor.
“A partir de ahí esto se ha hecho viral, ha ido creciendo increíble. Empezamos con un proyecto piloto que acabó afianzándose en festivales, conciertos y otros espectáculos”.
Proyecto Vibra ha estado presente en el Lunario, el Teatro Metropolitan, Pepsi Center, el auditorio Blackberry, Auditorio Nacional, Parque Bicentenario y en espectáculos como el Corona Capital, Tecate Pa’l Norte, Vive Latino el concierto de María José, Fernando de la Mora, Camila, entre otros.
“Lo que ha ido haciendo es generar conciencia tanto en el público como con los artistas, promotores, la importancia de la inclusión. Es muy importante que los eventos sean cada vez más exclusivos y en eso estamos. Empezamos con 10 chalecos ahora tenemos 25 La idea es ir por más”.
En suma, han sido entre 30 y 40 eventos en los que ha participado la Fundación y con la edición 2024 del festival Tecate Emblema (donde tendrán 36 invitados cada día) esperan alcanzar los 800 beneficiarios.
Transformando la industria del entretenimiento
El crecimiento que ha tenido la estrategia ha hecho que la firma prepare una restructuración, pues la demanda por parte de artistas y promotores ha ido en incremento.
“Esto va creciendo. En los festivales, por ejemplo, requerimos al menos cinco intérpretes porque son 12 horas continuas de música y tienen que ir tomando turnos, ensayar, es una gran labor . Tenemos que pasar los setlist de las canciones por lo menos 10 días antes para que las traduzcan a la lengua de señas mexicana, las ensayen y tiene todo un trabajo detrás para los intérpretes”.
Su auge ha hecho que haya un cambio desde el segmento de traducción en lengua de señas, pues hay cada vez mayor demanda de trabajo para los intérpretes.
“Esto está siendo trending incluso empieza a haber un ambiente que se contagia y muchas personas están queriendo aprender lengua de señas incluso en la especialidad de música”.
En promedio, para un concierto de entre dos y dos horas y media se requiere un grupo de cinco personas: dos operativos de capacitación para el manejo de chalecos, dos intérpretes de lengua y su coordinador.
En el caso de los festivales, se requieren al menos 11 personas por día: dos operativos de Fundación Ocesa, dos voluntarios, cinco intérpretes y dos coordinadores de lengua de señas.
“Cuando iniciamos teníamos que ir a tocar puertas con los promotores, managers y artistas. Ahora ya no hemos tenido que hacerlo; como se ha ido conociendo el tema, han habido artistas que nos lo piden. Dentro de la empresa también ha sido algo que ha ido concientizando al gremio es muy fácil y empieza a fluir”.
El concepto incluso ha llegado al teatro musical, donde participan con la obra Anastasia; se espera también una colaboración durante los conciertos de Enrique Bunbury en junio .
Para llegar a los usuarios, la fundación tiene una alianza con Alas de las Artes, una escuela de lenguas de señas mexicana que tiene especialización en interpretación musical.
“Ellos nos ayudan a hacer las convocatorias. Dependiendo el evento, es el tipo de comunidad que se hace la convocatoria. Es abierta y no tiene costo para los invitados. En festivales les incluye alimento completo, botana y bebidas”.
¿Cómo funcionan los chalecos de Ocesa para personas con discapacidad auditiva?
Diferentes a los que utilizó Coldplay durante su gira Music of the Spheres (que tenían sensores en la espalda), los dispositivos que implementa Fundación Ocesa cuenta con artefactos en la zona del pecho, espalda y cadera.
“Lo que hacemos es conectar el transmisor en la consola de audio principal del evento. Se manda toda la mezcla vía el transmisor de los chalecos. Cada unidad tiene una antena receptora y vibra al ritmo de lo que está sucediendo en el escenario, esa experiencia es de la parte sensorial pero se complementa con la interpretación de lengua de señas y con toda la parte visual del escenario detrás. Se vuelve una experiencia inmersiva”.
Los productos son de proveeduría francesa, con la marca Woojer, los chalecos sensoriales que también han ganado terreno dentro de la comunidad gamer.
Las unidades tienen además cajas electrónicas con un rack para cada chaleco; en estas se conectan para la carga de pilas.
CMOG