La industria del cibercrimen ya ocupan el cuarto lugar de los ingresos económicos anuales a nivel mundial, solo por debajo del producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos, China e India, con 6 billones de dólares; además, se está reorganizando a manera de empresa, lo que ha impulsado su crecimiento, advirtió Delta Protect.
De acuerdo con la startup especializada en ciberseguridad, el mundo del cibercrimen es cada vez más visto como un negocio y está adoptando prácticas empresariales, pues los hackers ya no sólo se dedican a ello como un hobby, sino que ahora le otorgan tiempo completo, buscan comprar-vender información, contactan a expertos en diferentes áreas para satisfacer su cadena de suministro y los contratan a manera de outsourcing.
Delta Protect añadió que estas prácticas les permiten a los ciberdelincuentes ser más ágiles y efectivos a la hora de desarrollar los ataques, les da una mayor oportunidad de monetizarlos, además de que el costo es reducido, pues pueden adquirir accesos a empresas u organizaciones (a través de correos electrónicos o portales vulnerados) y/o bases de datos por 200 dólares en promedio.
Las motivaciones de los atacantes se dividen en tres: la ideológica (en la que entran los grupos de hacktivistas), la financiera (cuyo principal objetivo es el monetario) y la estratégica (que se debe a razones geopolíticas o políticas entre naciones), pero la que ha adquirido mayor relevancia en los últimos años es la financiera, ya que en 2023, 97 por ciento de los ataques está motivado por intereses financieros.
La compañía agregó que el costo promedio de un ciberataque en Latinoamérica ronda 1.5 millones de dólares y esta situación puede ser insostenible para algunas empresas, por ello es importante tomar todas las medidas necesarias para disminuir el riesgo.
AMP