Las restricciones de movilidad, el aceleramiento en la digitalización de servicios financieros y la necesidad de transferir dinero con seguridad catapultó las transferencias del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI), la infraestructura de pagos del Banco de México (Banxico) que permite a bancos, casas de bolsa, sofipos y otras entidades financieras reguladas, enviar y recibir pagos entre sí para brindar el servicio de transferencias electrónicas en tiempo real.
Durante 2020 las transferencias vía SPEI menores a 8 mil pesos crecieron 72.2 por ciento frente a 2019. Al cierre de abril de este año, las transferencias por montos hasta de 400 pesos aumentaron 149 por ciento respecto al mismo periodo de 2020, con un total de 149 millones 404 mil operaciones, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef).
El aumento de transferencias también se replicó en plataformas como Kuspit, la cual es participante del SPEI y realizó su propio desarrollo para conectarse con el sistema.
Pero para lograr estas cifras se requirió que el Banxico garantizara la disponibilidad y ciberseguridad del sistema a través de reglas claras para instrumentar protocolos de continuidad operativa, que los participantes de los sistemas de pagos validaran que cuentan con el personal mínimo suficiente para continuar la operación segura y eficiente de los sistemas de pagos, además de realizar ejercicios de continuidad operativa, así como realizar ajustes a los manuales operativos de SPEI y SPID (Sistema de Pagos Interbancarios en Dólares) para reforzar los requisitos de incorporación y permanencia relacionados con los controles de continuidad operativa y riesgo operacional que deben observar los participantes de dichos sistemas.
En 2020 el Banxico mantuvo un alto índice de disponibilidad de los sistemas de pagos que administra y opera. En el caso del SPEI ésta fue de 99.99 por ciento, lo cual representa una indisponibilidad de apenas 35 minutos derivado de mantenimientos a la infraestructura que soporta el sistema.
Es el mayor índice de disponibilidad registrado desde 2015.
Conexión directa
Rodrigo Ocejo, fundador y director de la plataforma digital de inversiones Kuspit, afirmó que cumplen con los estándares que marca el Banxico con el objetivo de que sean operaciones con un “altísimo” grado de seguridad, siempre en apegándose a guías, infraestructura y equipos cifrados que no permitan entrar a terceros a la infraestructura y garanticen la seguridad cibernética.
“Nosotros debemos cumplir todas las reglas establecidas por el Banco de México que es quien desarrolló el SPEI y coordina todos los esfuerzos asociados con el mismo, por eso actualmente el sistema está disponible para entidades financieras que están reguladas; que éstas pueden aspirar a conectarse al SPEI, lo cual garantiza que todos tenemos las mismas reglas el juego y estamos sujetos a la misma regulación”, explicó a MILENIO.
Esto, dijo, genera certidumbre para los usuarios quienes pueden tener la seguridad de que sus recursos viajan por un “circuito cerrado” que garantiza que los recursos salgan y lleguen a su destino en segundos. Ocejo aseguró que el estar conectados al SPEI aumenta la calidad de los servicios que otorgan a sus clientes.
Ocejo aseguró que el sistema de pagos de Kuspit puede brindar servicios financieros a terceros.
“Nosotros podemos prestar el servicio a otras entidades financieras, subcontratando el servicio para quienes no buscan operar todo el tema de pagos, para esto existen otra serie de reglas para poder gestionar a terceros este sistema. Estamos interesados en expandir las capacidades del negocio de pagos, hacemos ya algo con clientes, pero nuestro interés está aún en aprovechar las bondades de un sistema robusto como el SPEI y trasladarlas en beneficios para nuestra clientela y como parte del modelo de negocios de Kuspit”, explicó.
Fortaleza en sistemas
Como parte del proceso de fortalecimiento de sus sistemas de pagos, durante el año pasado el Banco de México realizó “evaluaciones a la infraestructura tecnológica que soporta los sistemas de pagos con el objetivo de identificar posibles vulnerabilidades y, en su caso, corregirlas”.
Hizo auditorías internas para verificar que los controles de seguridad estuvieran aplicados conforme a la normatividad; además de realizar auditorías por parte de entidades externas, a fin de mejorar los procesos y mecanismos de seguridad de la operación de los sistemas de pagos al interior del banco central, así como la operación con los participantes de los sistemas de pagos.
También realizó ajustes a los manuales operativos de SPEI y SPID para reforzar los requisitos de incorporación y permanencia relacionados con los controles de ciberseguridad que los participantes deben mantener.
Estas acciones derivaron en que “durante 2020 no se presentaron incidentes que afectaran el buen funcionamiento de las Infraestructuras de mercados financieros y los sistemas de pagos”, destacó en su informe anual sobre infraestructuras de los mercados financieros.