María Angélica Lejarza Barrón, una comerciante de Atotonilco de Tula, optó por endurecer las medidas en su establecimiento ubicado en la calle Cuauhtémoc, luego de percatarse que la clientela no atendía las recomendaciones preventivas básicas para evitar contagios de covid-19, enfermedad producida por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Su establecimiento cuenta con dos accesos al situarse en una intersección vial, pero desde que inició la pandemia cerró uno de ellos, para evitar aglomeraciones, y el que quedó abierto al público tenía a la vista letreros en los que solicitaba el uso del cubrebocas, la aplicación de gel y mantener la sana distancia.
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No obstante, indica la comerciante quien tiene casi siete años al frente de su establecimiento, no todos los clientes atienden las recomendaciones sanitarias a pesar de la insistencia; y es que a los clientes que no portaba cubrebocas o cumplían algunas de las medidas se los hacía saber, para solicitarles que las acataran por el bienestar de todos, pero lejos de atender las indicaciones se molestaban.
Por ello, y ante la declaratoria del semáforo rojo virtual para 33 municipios de Hidalgo, entre los que se encuentra Atotonilco de Tula, Lejarza Barrón decidió cerrar totalmente el acceso a los clientes, colocar un mostrador en el acceso principal, un plástico, y desde ahí atender, para evitar que ingresaran los clientes que no acatan el uso de cubrebocas, gel antibacterial o la sana distancia.
“Tratamos de que ya la gente no entre a la tienda, no porque nos lo hayan pedido o impuesto, sino por la misma seguridad de la gente; la misma familia nos lo ha pedido que lo hagamos, porque la gente no entiende que traiga cubrebocas, que use gel, que no vengan los niños pequeñitos y entran en grupos, y como ellos no entienden optamos por la nueva modalidad, de no dejar entrar a las personas”, afirma.
La comerciante de 61 años de edad admite que a raíz de esta nueva medida que ha implementado las ventas presentan un descenso; “claro que esto sí nos perjudica mucho, nuestras ventas ahora son de antojos, porque la gente no entra y no ve, y no se lleva muchas cosas y ahí es donde ha bajado la venta; claro que nos importan las ventas, porque de eso vivimos, pero no queremos que haya algún contagio y que seamos asintomáticos pero portadores y empecemos a contagiar a los demás, por eso decidimos tomar esa precaución”.
Ahora, dice, con esta nueva modalidad de venta hay muchos clientes que se pasan de largo y ya no compran en su tienda al no tener la comodidad de entrar y elegir sus productos, pero insiste en que es prioritario proteger la salud, es decir, salvaguardar su integridad y la de los clientes.
Considera que durante esta pandemia las ventas en su establecimiento han disminuido aproximadamente un 50 por ciento, lo que implica serias afectaciones económicas para su familia, no obstante, manifiesta si disposición de acatar las medidas sanitarias, aunque solicita al gobierno municipal que se haga cumplir para todos los establecimientos esta norma a fin de que se contribuya a la disminución de los contagios.
Espera que la situación mejore, y reitera que se necesita mucha consciencia entre la población para no agravar esta problemática de salud que mantiene no sólo al estado, sino al mundo entero en vilo.