Las pérdidas económicas por la suspensión de actividades en la Zona Arqueológica de Tula (ZAT) a causa de la contingencia por la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, no se tienen cuantificadas aún.
Lo anterior lo dio a conocer el administrador de dicho inmueble del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Alejandro Gasca Cruz.
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Consultado al respecto dijo que no hay un balance, pues depende de una revisión de muchos factores, sin embargo admitió que la pandemia ha afectado en distintos aspectos a la ZAT, ya que las obras de remodelación que se hacían en el museo Jorge Ruffier Acosta, situadas al interior del complejo arqueológico, se detuvieron por la contingencia sanitaria.
“Esto del covid fue un detonante que tuvo que hacer que paráramos el desarrollo de la instalación del museo”.
Precisó que aunque esas labores las desarrollan desde las oficinas del INAH en la ciudad de México, el proyecto está pausado. “Está a cargo la coordinación nacional de museos y exposiciones, pero lo está trabajando desde México, entonces estamos en stand by todavía”.
Sobre una posible fecha para la apertura de la ZAT, el administrador expresó que por el momento no hay ningún plazo tentativo, pues dependen directamente de las instrucciones del sector salud.
“No, ninguna (fecha); seguimos igual; nosotros estamos dependiendo del sector salud, y de la instrucción federal para la reapertura de la zona”. Refirió que será paulatina la reapertura de los complejos a cargo del INAH, de acuerdo a diversos factores.
“Las aperturas de las zonas arqueológicas a nivel nacional va a ser paulatina, de acuerdo a los protocolos de sanidad y acceso que se estén marcando, y de la situación, de acuerdo a la operación de cada una de ellas”.
En el caso de Tula, dijo que el personal de la ZAT realiza los trabajos de mantenimiento en los distintos sectores del complejo para que se encuentre en buenas condiciones una vez que las autoridades sanitarias del ámbito federal autoricen la reapertura de este tipo de inmuebles.
Cabe recordar que un día antes del equinoccio de primavera se cerró la ZAT de forma preventiva, con la intención de disminuir el riesgo por contagios del nuevo coronavirus. El cierre de la zona fue total, y personal de la Policía Industrial y Bancaria del Estado de Hidalgo (PIBEH) se encarga de la vigilancia del complejo arqueológico.
La ZAT es el mayor punto turístico de la región de Tula, e incluso ocupa un puesto entre los sitios arqueológicos del INAH con mayor número de visitantes durante el año.
Recientemente en entrevista virtual con medios de comunicación, y a pregunta expresa de MILENIO, el alcalde de Tula de Allende, Ismael Gadoth Tapia Benítez, señaló que “hay un problema muy grande: Tula tiene uno de los principales atractivos turísticos, que es la Zona Arqueológica, y prácticamente desde que inició esta contingencia se ha mantenido cerrada”.
Lo cual “de manera indirecta afecta a los restaurantes, a los hoteles, al balneario que está instalado dentro del municipio y que es un atractivo importante”.
Expresó que hasta el momento “los números que se han determinado sí rebasan cantidades millonarias”.