La construcción de ciudades inteligentes que contemplen tecnologías que coadyuven a utilizar la energía de manera eficiente y con mínimo impacto ambiental, marcan el camino para incorporarse a las nuevas sociedades del conocimiento, que en el marco de un desarrollo sustentable pueden garantizar a sus ciudadanos empleos altamente remunerados, aseguró el titular del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), Raúl Talán.
Al participar en un foro de energía solar, aseguró que si bien el concepto de ciudad inteligente está en constante evolución, con perspectivas y dimensiones diversas, existe un consenso en sus atributos que la caracterizan por ser eficaz, eficiente, atractiva, competitiva, sostenible, equitativa y habitable, con seguridad, movilidad, oportunidades, gobernanza y generación de energía con fuentes renovables.
Indicó también que ante la creciente urbanización con aumento en el consumo de energía, la construcción de ciudades inteligentes que privilegien el uso de energías renovables representan una opción ventajosa para crear entornos urbanos habitables, eficientes y sostenibles, mediante el uso de tecnologías que permitan automatizar servicios como el alumbrado público, los residuos sólidos, edificios municipales, la movilidad, el transporte, el agua potable, las aguas residuales y otros.
Talán resaltó la importancia de promover la eficiencia energética que no sólo es la energía más limpia de todas, sino también la más barata y destacó la importancia de continuar con los esfuerzos de incorporar un mayor porcentaje de energía renovable.
Sin embargo, dijo que para el caso de la energía eléctrica no solo debe limitarse a las aportaciones de las grandes plantas generadoras participantes en el mercado mayorista, dado que tanto los hogares como las pequeñas y medianas empresas pueden también contribuir de manera importante mediante la incorporación masiva de sistemas fotovoltáicos, reduciendo sensiblemente el consumo de fuentes externas.
Con el objeto de potenciar la contribución de hogares y empresas a la transición energética, el FIDE destacó la necesidad de que en los hogares se amplíen los incentivos energéticos para la instalación de sistemas fotovoltáicos, eliminando paulatinamente subsidios al consumo eléctrico para toda la vida, sustituyéndolos por subsidios a la inversión por una sola vez.
Finalmente, para el caso de la generación distribuida de pequeñas y medianas empresas (Pymes), el FIDE subrayó la importancia de hacer extensivos a los consumidores de energía los estímulos existentes para los generadores de energías renovables participantes en el mercado eléctrico de mayoristas, como el caso de los certificados de energías limpias que de acuerdo con la normatividad vigente, están en teoría permitidos para este tipo de negocios, pero que en la práctica no se instrumentó su aplicación.
Otro caso es el de la limitación vigente para las pymes de mantener su capacidad de generación distribuida a 500 kilovatios, ante lo cual consideró que ya es tiempo de revisar dicho tope.
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