La pandemia del covid-19 agudizó tres crisis estructurales: económica, social y ambiental, pero además profundizó la desigualdad que ya existía; para salir de estas crisis, reducir la desigualdad y abatir la pobreza, es necesario que la economía crezca a tasas de 4 por ciento y lograrlo requiere la combinación de estrategias empresariales, políticas públicas y desarrollo de capacidades, afirmó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, explicó que las tres dimensiones de la crisis tienen que verse conjuntamente, pues están integradas, y la tasa mínima para sacar al 37.8 por ciento de la población de condiciones de pobreza es de 4 por ciento, mediante la generación de empleo.
“Necesitamos crecer al 4 por ciento, pero no crecer nada más, necesitamos crecer para igualar e igualar para crecer. ¿Cómo se logra esto?, es una transferencia de una línea de pobreza, del decil más rico (el 1 por ciento), al más pobre. Partimos de 1.5 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2021 y vamos aumentando esta distribución en 0.5 puntos al año y llegamos a 3 por ciento en 2024 y ahí terminamos con la pobreza extrema”, explicó.
Durante la presentación del documento “Construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad”, la secretaria ejecutiva de la Cepal añadió que si seguimos con este 3 por ciento de transferencias del más rico al más pobre, podríamos acabar con la pobreza en el 2030.
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“Partimos de la base de que hay una retroalimentación entre crecimiento, competitividad, creación de empleos e igualdad”, apuntó.
Limitantes
La alta funcionaria de Naciones Unidas detalló que en América Latina y el Caribe el crecimiento está limitado por el saldo en cuenta corriente, pues cuando un país crece más, importa más, en vez de exportar. Para revertir esta situación, se necesita más productividad, competitividad, innovación, progreso técnico, transferencia de tecnología, y que esto tenga un impacto en la sostenibilidad ambiental, esto es, que haya una descarbonización.
Siete sectores dinamizadores de gran impulso
Indicó que para lograr lo anterior, se requiere un gran impulso en la sostenibilidad y esto se concreta en inversiones sectoriales que tienen un papel estratégico en el cierre de las tres brechas porque promueven el cambio técnico, generan empleos y reducen la restricción externa y la huella ambiental.
Son siete sectores clave: la transformación de la matriz energética con base en las energías; movilidad sostenible y los espacios urbanos; revolución digital para la sostenibilidad; industria manufacturera de la salud; bioeconomía: sostenibilidad basada en recursos biológicos e ecosistemas naturales; economía circular; y turismo sostenible.
Estrategias empresariales y políticas públicas
Bárcena señaló que la base del éxito para lograr el crecimiento deseado se sustenta en la combinación de estrategias empresariales con políticas públicas que establezcan sistemas normativos y de incentivos que viabilicen la inversión y el desarrollo de capacidades humanas y empresariales.
Puntualizó que las políticas son cinco, de mediano y largo plazo: fiscal, que sea expansiva, con bajas tasas de interés, aumento en la recaudación, mayores fuentes de tributación; social, con un nuevo régimen de bienestar y protección social; ambiental, que contemple la internalización de externalidades ambientales; industrial, que fomente un desarrollo industrial y tecnológico; y una política de integración regional y multilateralismo renovado.
srgs