En un esfuerzo por cumplir las regulaciones en vigor, en el ámbito empresarial se ha popularizado el término compliance officer que se encarga de garantizar el cumplimiento de la ley y normativas, internas y externas, nacionales e internacionales, en todos los niveles de una organización.
Entre sus funciones, además, se encuentra la evaluación de riesgos, el desarrollo e implementación de una ética anticorrupción y, en ocasiones, procesos de due diligence o investigación de terceros.
Para Efraín Rivera, director de Compliance para Braskem Idesa, esta área va más allá de apoyar a que los negocios cumplan con todas las regulaciones.
“Puedo poner una analogía: soy el guardaespaldas del negocio y a la vez puedo ser una especie de Waze que les dice dónde ir; darle dirección al negocio para que vayan del punto A al punto B con los menos riesgos posibles”, indicó.
Empresas como Braskem Idesa, creada en 2010, surgieron ya con este esquema integrado mientras que otras compañías han tenido que implantarlo en su modelo de negocio; principalmente los corporativos multinacionales, que por su condición global adoptan un sistema de normas desde la matriz, y empresas mexicanas que realizan negocios internacionales, de acuerdo con la Concamin.
Rivera dijo que aunque todas las empresas necesitan del área de compliance se llega a creer que requiere de una estructura gigantesca: “no es así, simple y sencillamente es construir una cultura que tenga un código de conducta y unos procesos que garanticen sus riesgos. Se puede tener un sistema de integridad sin gastar mucho dinero”.
En la experiencia de este directivo, desarrollar este sistema “agrega un valor, da transparencia en el mercado, a tus clientes y hasta a tus mismos proveedores”.
Antecedentes
Autores refieren al escándalo del Watergate como su principal antecedente en la década de los 70 que derivó en normativas como la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero y las Pautas Federales de Sentencia para Organizaciones (FCPA y FSGO, por sus siglas en inglés).
A partir de entonces, instituciones internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Foro Económico Mundial, el Banco Mundial, la ONU, Transparencia Internacional y el Committe of Sponsoring Organizations of the Treadway Commission (COSO), entre otras, han creado pautas para las empresas y gobiernos sobre control interno, gestión de riesgos empresariales y disuasión del fraude.
Con el paso de las décadas estos controles han derivado en normas y leyes que se han robustecido a escala internacional con el objetivo de combatir la corrupción en el sector público y privado.
De acuerdo con la ONU, la corrupción, el soborno, el robo y la evasión impositiva cuestan anualmente alrededor de 1.26 billones de dólares a los países en desarrollo.
Ética empresarial
El director de Compliance para Braskem Idesa, Efraín Rivera, indicó que la empresa retomó las directrices de la OCDE para construir un sistema de integridad robusto que le permite hacer frente a los riesgos propios de la industria.
Esto lo logran, dijo, a través de subdirecciones como son Auditoría Interna, Controles Internos y Due Diligence. Entre ellas realizan la investigación, análisis y monitoreo de riesgos en todas las áreas en cuanto a seguridad, riesgos ambientales, laborales y anticorrupción.
Este sistema tiene su columna vertebral en el Código de Ética de la empresa, que conforma la cultura laboral. Se aplica una política de cero tolerancia e incluye sanciones para quien lo infringe en cualquier escala jerárquica y van desde el llamado de atención hasta el despido. En el caso de terceros, como subcontratistas o proveedores, pueden ser vetados de Braskem Idesa.
Actualmente, la compañía trabaja en formar parte del Padrón de Integridad Empresarial que lanzó la Secretaría de la Función Pública para promover la prevención de la corrupción en las contrataciones públicas.
Asimismo, estiman conseguir el próximo año la certificación ISO 37001 que establece las directrices para integrar un sistema de gestión que permite a las organizaciones prevenir, detectar y enfrentar el soborno.
Parte de los resultados de este sistema se han visto reflejados en publicaciones como el ranking 500 Frente a la Corrupción: Integridad Corporativa (IC500) que elaboran las organizaciones Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad y Transparencia Mexicana, donde Braskem Idesa se ubicó en materia de transparencia en el lugar 155 entre las 500 empresas más grandes del país.
“Como parte de la labor de Compliance o la labor de integridad, nosotros debemos de cumplir con esas normativas. El principio es hacer todo este análisis. enfocarte en los riesgos y de ahí desarrollar procedimientos, controles o políticas”, concluyó el directivo.
1.26 Billones de dólares es el costo anual de la corrupción, robo y evasión impositiva en los países en desarrollo, según la ONU.
1.96% De los ingresos anuales es el costo del fraude en empresas mexicanas, según estudio de LexisNexis Risk Solutions.
186 Países, México incluido, se han adherido a la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción, firmada en Mérida en 2003.
BRASKEM IDESA & MILENIO