La producción industrial de México y en particular la industria de la construcción continúan en caída libre, y aunque analistas prevén un mayor dinamismo en los próximos meses, éste no será suficiente para compensar la disminución acumulada en lo que va del año.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en julio pasado la producción industrial cayó 1.7 por ciento en comparación con el mismo mes de 2018, lo que representa el noveno descenso anual de forma continua y el mayor ciclo de caídas desde la crisis económica de 2008-2009. En este comportamiento destaca la caída en la extracción de hidrocarburos y en la construcción.
Para el director general del Instituto Mexicano de Desarrollo de Infraestructura, Edmundo Gamas, el escenario que vive la industria de la construcción es un foco rojo para el país, por el dramático descenso registrado y en donde no se observa una solución en el corto plazo.
El reporte del Inegi reveló que, con base en cifras originales, al interior de la producción industrial la extracción de hidrocarburos descendió 10 por ciento y la construcción, 8.4.
Le siguió en caída la minería, con un retroceso de 7.5 por ciento anual; la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final tuvo un retroceso anual de 1 por ciento. En contraste, las industrias manufactureras subieron 3 por ciento.
Con cifras desestacionalizadas, la construcción cayó 9.1 por ciento a tasa anual, su mayor retroceso desde junio de 2001.
El área de análisis de Grupo Banorte señaló que la construcción puede mostrar un mejor desempeño en el segundo semestre, aunque probablemente limitado. Los analistas de Monex indicaron que por los esfuerzos gubernamentales para reactivar la construcción y la minería, la actividad industrial puede tener un panorama menos adverso en este segundo semestre del año.
Pero para los especialistas de Banorte, algunos de los factores en contra incluyen la baja confianza empresarial y la incertidumbre local; costos financieros relativamente altos y bajos niveles de gasto público.
“En nuestra opinión, las condiciones para estos dos últimos podrían mejorar, con Banxico recortando las tasas de interés dentro de un ciclo de relajamiento que creemos que ya inició, y con el gobierno federal acelerando el gasto en infraestructura”, dijo en un reporte.
También destacaron que el gobierno de Ciudad de México busca acelerar la reactivación del sector, que ha caído con fuerza tras la suspensión de varios proyectos para revisión.
FOCO ROJO PARA EL PAÍS
Para el director general del Instituto Mexicano de Desarrollo de Infraestructura, el descenso es el reflejo de que el sector se encuentra muy golpeado, con incertidumbre de la iniciativa privada y cancelaciones de grandes proyectos que ya estaban en la fase de edificación
La situación “es un foco rojo porque es una industria que genera crecimiento en el presente a través de la derrama de las obras en edificación y genera incremento en el futuro porque muchos de los proyectos están atados al crecimiento económico”.
Consideró que son tres los factores que motivaron este resultado: los proyectos emblemáticos del gobierno federal están en fase de planeación, hay una ausencia de recursos públicos para edificar y la iniciativa privada está en la incertidumbre. “El problema que tiene el gobierno es que no tiene presupuesto, pero tampoco quiere dejar que el sector privado juegue”, enfatizó.
Lo que le preocupa es que no se ve por dónde vaya a revertirse esta caída, ya que el presupuesto 2020 para construcción sigue siendo bajo y las obras en planeación tardarán en edificarse entre 12 a 36 meses.
EN CIFRAS
252,594 millones de pesos facturaron las empresas constructoras en el país de enero a junio pasados, de acuerdo con cifras de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, una reducción de 5.6% respecto al mismo periodo de 2018.
18 de las 32 entidades del país estaban en números rojos en la actividad productiva de las empresas constructoras en el primer semestre del año, según la CMIC; el mejor resultado lo tuvo Colima y el peor Zacatecas.