El año 2020 recién concluyó y cifras de la caída en las ventas en la industria panificadora en México por la pandemia, aún permanecen en el recuerdo. Borja Esteban Martínez, director nacional de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora en el país, dijo que dependiendo de la zona donde se ubicara el establecimiento, hubo negocios que reportaron caída de hasta 75% en ventas en los peores momentos de restricción de movilidad en varios estados y la capital del país. Informalidad también pega al sector.
“Si la panadería se ubicaba en zona habitacional, la caída fue del 50% en la venta de pan en medio de la pandemia. Aunque si la panadería se localizaba en una zona comercial (sin considerar centros comerciales que estuvieron cerrados), o de oficinas las ventas cayeron entre 70 y 75%”.
Refirió que en muchos estados del país se limitó la manera de vender pan o pasteles en fechas importantes, como fueron el día de la Madre, del Padre, lo que provocó que panaderos decidieran no producir en esos tiempos porque tenían muchos problemas para comercializarlos.
“Si el 2020 fue un año complicado. Los meses en que se pudo salir a restaurantes las ventas se recuperaron el 30%, sólo de lo que se perdió. Pero en Estado de México y Ciudad de México, que estaban en “semáforo rojo”, con la limitación de movilidad de los principios de año, las ventas se complicaron aún más”.
Cuestionado sobre su visión de este 2021, Borja Esteban Martínez expuso que el panorama se vislumbra mucho mejor.
“Hay que transmitir buenas sensaciones. Esperemos que sea mejor que el 2020. La situación con la pandemia es la misma, aunque con las vacunas que se están comenzando a aplicar, quizás el control de los contagios demore. Pero todas las acciones que permitan retomar la normalidad previa, serán muy positivas”.
Como industria panificadora señaló que es un sector esencial, donde no puede faltar un pan en la mesa de nadie si hay quien la esté pasando mal, no cuesta nada compartir, y si no se podrá compartir la rosca con compañeros de trabajo, si sabemos que alguien la está pasando mal, que se haga un esfuerzo compartiendo con ellos una Rosca de Reyes.
Cuestionado en torno al tema de la informalidad y su impacto en el sector, expuso: “Sabemos que hay gente que está apoyando la economía familiar haciendo pan o pasteles. No se trata de esta informalidad. Nos guiamos con información del Inegi de años anteriores. Si llegara a un censo o análisis estadístico, se tendrá datos de empresas que trabajan en la informalidad, que no cuidan a sus empleados, no los tienen en el Seguro Social, no pagan impuestos. Es una lástima que haya familias que requieran producir alimentos para apoyar la economía, pero esto no es lo que hace daño al sector panificador”, finalizó.
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