La terminación del contrato de transporte de gas natural por parte del Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas), para suministrarlo a Braskem-Idesa para las operaciones de su planta de Etileno XXI, es la forma que encontró el gobierno de sentar a la empresa a renegociar el suministro de etano con Petróleos Mexicanos.
“El problema está más vinculado con el contrato de suministro de etano, que es el que le genera perdidas o es más costoso a Pemex, y como todavía tiene vigencia por algunos años más, las autoridades energéticas encontraron un tema para poder negociarlo”, explicó el analista del sector energético Arturo Carranza.
Braskem-Idesa es una empresa mexicana fundada en 2010, formada por la asociación de la brasileña Braskem con 75 por ciento de la participación, la mayor petroquímica productora de termoplásticos en el continente, y por la mexicana Grupo Idesa, con 25 por ciento de la participación, una de las principales empresas de la petroquímica en el país .
En junio de 2016 inauguró su complejo petroquímica de Etileno XXI en Veracruz, integrado por un cracker (horno) de etileno con base en gas etano, dos plantas de polietileno de alta densidad con capacidad de 750 mil toneladas por año, una planta de polietileno de baja densidad de 300 mil toneladas y una planta cogeneradora de energía eléctrica de 175 kilovatios.
Braskem-Idesa invirtió 5 mil 200 millones de dólares para la planta con la que tenía prevista una producción de un millón 50 mil toneladas de polietilenos anuales mediante el uso del gas etano, que en ese momento estaba subutilizado en el país y estimaba un suministro garantizado por Pemex a través de un contrato de 66 mil barriles diarios, por un plazo de 20 años.
Sin embargo, en las condiciones actuales es desfavorable el cómo se acordó este contrato con descuentos en el gas natural, y el escándalo de actos de corrupción por parte del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, actualmente en proceso legal.
El director en IHS Markit para L.A y el Caribe, Adrián Calcaneo, explicó que ese suministro con descuento se explica porque en 2006 Pemex tenía un exceso de etano y el precio de referencia estaba muy pegado al del gas natural y así se vendía en Coatzacoalcos.
“No había sorpresa en ese momento, ahora qué se ve con los ojos de 2020, años después de que el fracking explotó en Estados Unidos y el precio del etano se separó del de gas natural, pero el gran problema no es el precio sino la caída de producción del etano de Pemex”, añadió.
Los indicadores operativos de la petrolera nacional, muestran que a octubre produjo 61 mil barriles diarios del combustible, mientras que en 2010 cuando se firmó el contrato con la empresa, producía 114 mil barriles diarios.
Braskem Idesa señaló a finales de 2019 que tenía planes para construir una terminal en Veracruz, para importar gas etano desde Estados Unidos, por lo que ya hablaba con Pemex y la Secretaría de Energía de la necesidad del proyecto de una terminal criogénica para importar el combustible, pues la petrolera nacional no tiene la capacidad para satisfacer la demanda.
Con el compromiso de suministrarles 66 mil barriles diarios de etano, Pemex tuvo que recortar 30 por ciento el abasto del mismo insumo a sus propias petroquímicas de Cangrejera, Pajaritos y Morelos.
En el contrato firmado con Braskem Idesa, la empresa productiva del Estado aceptó pagar una multa de hasta 300 millones de dólares en caso de incumplimiento y está blindado por una cláusula nuclear que obliga a cumplir con el suministro o adquirir la planta de Etileno XXI a un costo astronómico.
De acuerdo con la Cuenta Pública 2017 Pemex tuvo una penalización por 810 millones de pesos al no haber cumplido con el volumen de gas comprometido para el complejo de Etileno XXI.
Sin embargo, con la terminación del contrato de transporte de gas natural, la planta de Baskem Idesa no podrá operar, ya que es la única forma que tiene de obtener el energético y alimentar el complejo petroquímico.
Carranza explicó que independientemente de que sea o no legal, la acción realizada por la autoridades contra Braskem Idesa, fue muy tajante y deja a la empresa sin opciones. Además añadió, no es una práctica común a partir de estos contratos y el gobierno utiliza esta coyuntura para explorar opciones para resolver el otro contrato.
“Es un trato poco favorable para las inversiones privadas y en el fondo es esta idea de buscar los resquicios que te ofrece el marco legal para fortalecer a las empresas productivas para ir disminuyendo lo que se presentó en administraciones pasadas”, dijo.
El especialista destacó que se manda una señal de que el gobierno es persistente en el sentido del fortalecimiento de Pemex y que en función de eso no está tomando en cuenta el ánimo de los inversionistas.