La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indicó que existe el riesgo de que la pandemia de covid-19 haga que se “malogren” muchos de los avances en materia de bienestar de las personas logrados en las dos últimas décadas en América Latina, y que se agraven los problemas existentes.
De acuerdo con la publicación ¿Cómo va la vida en América Latina?, en general, durante las dos décadas previas a la pandemia, las personas de la región de América Latina registraron avances en su bienestar material en varios ámbitos.
En promedio, el gasto en consumo de los hogares aumentó un tercio entre 2000 y 2019. La esperanza de vida mejoró, al igual que el logro en educación secundaria, y el número de hogares con acceso al agua potable.
Sin embargo, se calcula que, tras la pandemia, el número de personas que cayó por debajo de la línea de pobreza absoluta en el conjunto de la región se incrementó en 22 millones, hasta situarse en 209 millones en 2020. Los confinamientos y las medidas de contención destinados a mitigar la pandemia han sido especialmente duros para los trabajadores informales y escasamente remunerados.
Hasta 38 por ciento de todos los trabajadores (y el 61 por ciento de los trabajadores informales vulnerables) de la región no tienen acceso a ningún tipo de protección social, según el informe.
Además, debido a que las escuelas permanecieron cerradas en muchos países durante más de 41 semanas, por toda la región, se establecieron soluciones de aprendizaje a distancia. No obstante, su eficacia se vio obstaculizada por el hecho de que 46 por ciento de los niños de cinco a 12 años vive en hogares sin conectividad, y menos del 14 por ciento de los alumnos pobres (los que viven con menos de 5.5 dólares al día) de educación primaria cuentan con una computadora conectada a Internet en casa.
Así, la OCDE indicó que la pandemia llegó en el contexto en el que se incrementaban las vulnerabilidades en el crecimiento de los ingresos y la reducción de la pobreza ya estaban debilitándose; el empleo disminuía y la satisfacción de las personas con sus condiciones de vida y su confianza en las instituciones públicas se estaban deteriorando.
“La pandemia golpeó con especial dureza a la región de América Latina y el Caribe, sobre todo a los grupos más vulnerables de la sociedad, que ha causado una elevada cifra de fallecimientos y afectado a cada uno de los aspectos del bienestar de las personas”.
Según el informe, es necesario que el bienestar sea el eje de los planes de recuperación para poder hacer frente tanto a los problemas existentes, así como a los nuevos que han surgido. También sugiere que las medidas de éxito más amplias, más allá de las puramente macroeconómicas, deberían formar parte del diseño y la evaluación de políticas.
AMP