La industria tequilera a nivel mundial tendrá una contracción de al menos dos dígitos durante 2020 y no se espera una recuperación sostenida sino hasta 2024, según datos del Registro Internacional de Vinos y Licores (IWSR por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el IWSR, debido a la emergencia sanitaria por covid-19, durante este año se presentó una dramática reducción en el flujo de viajes (60% a nivel mundial), una impresionante disminución de reuniones sociales, la cancelación de eventos masivos y la lenta apertura en centros de consumo, factores que provocaron la crisis en la producción del tequila.
Esta situación se podría agravar, debido a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado a los bares como uno de los principales lugares de contagio de la enfermedad, lo que ya ha motivado en varios países a posponer o incluso echar para atrás la apertura de establecimientos de consumo de bebidas espirituosas.
Incierto futuro
Ante esta situación se podría presentar una salida acelerada de algunos oportunistas que invirtieron en el cultivo del agave, ya que el informe del Consejo Regulador del Tequila, mostraba que hasta mayo 2020, el consumo de la planta había aumentado en menos de dos por ciento (con respecto al mismo periodo de 2019), un ritmo insuficiente y mucho menor que en años anteriores, sin contar el crecimiento en siembra de este año, el cual se estima, en 100 millones de plantas, asumiendo el ritmo del 2019 y años anteriores.
Estamos en la antesala de una fuerte sacudida en la industria del agave azul weber, con precios en caída y productores que abandonarán el sector para mejorar sus rendimientos en otros bienes agrícolas, en tanto la industria del tequila se estabiliza o se adapta a la llamada nueva normalidad. Una dolorosa resaca para aquellos que no estén preparados.
Años maravillosos
Datos del Consejo Regulador del Tequila, indican que a finales de 2019, la industria tequilera celebraba el término de otro año récord: se produjeron 351.7 millones de litros (a 40% alcohol volumen) lo que representó un crecimiento del 14 por ciento con respecto a 2018.
No solo fue un gran año en la producción de la bebida nacional por excelencia, también para los productores de agave, la materia prima de este líquido espirituoso, disfrutaban de una bonanza en los precios de la planta (al cierre de 2019 se tenían registrados 13 mil 256 agricultores de agave).
Ese año se utilizaron 1.3 millones de toneladas de la planta agave azul weber para satisfacer la producción, lo que representó un incremento de 18 por ciento en el consumo de materia prima.
No es de extrañarse entonces que, ante este incremento en la demanda, los precios de la agavácea pasaran de $5 pesos por kilogramo a más de $30 pesos, es decir un ¡incremento de 500% en prácticamente tres años!
Además, se tuvo un crecimiento en la superficie sembrada y en el número de plantas de manera desproporcionada, por lo que a fines de 2019 había 197 mil hectáreas destinadas a este cultivo con 650.1 millones de plantas. Se estima que en el 2019 se utilizaron casi 62 millones de plantas para producir los 1.3 millones de toneladas utilizadas, por lo que el inventario al cierre de ese año era de casi 10 veces lo requerido para la producción.
Por esta razón algunos de los productores de tequila ya empezaban a mostrar señales de preocupación ante signos que presagiaban el fin del ciclo de precios altos ante una aparente despreocupación por parte de los agricultores. Y todavía ni se intuía lo que vendría en 2020.
RRR