La crisis provocada por la pandemia del covid-19 agudizará el desempleo juvenil, por lo que algunos estudios adelantan que la generación de jóvenes que se encuentran entre 17 y 35 años va a ser la primera que viva peor que sus padres, advirtió el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El PNUD detalló que el futuro laboral será muy complicado tanto para los jóvenes que estudian, como para los que no lo hacen y tampoco trabajan, conocidos como ninis, lo que propiciará pérdida de expectativas, precariedad laboral y una mayor informalidad.
El representante residente del PNUD, Lorenzo Jiménez, explicó que el hecho de que los jóvenes, entre 17 y 35 años, vayan a tener peores condiciones económicas que sus padres, provocará que el índice de desarrollo humano arroje resultados de receso y no de mejora o progreso, por primera vez en 30 años.
Durante su participación en el foro Habilidades, jóvenes y empleabilidad desde la agenda de desarrollo, abundó que ante esta situación, el sector privado, como empleador, tendrá que replantearse muchas cosas y ser mucho más responsable socialmente, sobre todo, poniendo énfasis en los jóvenes.
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Digitalización es oportunidad y también un reto
El representante del PNUD resaltó que en este contexto, la digitalización juega un papel clave, es una oportunidad, pero también un rato, y dependerá mucho de las políticas públicas que se puedan impulsar para corregir la brecha digital.
“En la medida en que haya mayor acceso a aprendizaje digital, aprendizaje digital, a plataformas digitales se podrá dar pie para que los jóvenes tengan más oportunidades de hacer frente al rato que representa el empleo en la juventud”.
Lorenzo Jiménez añadió que también será necesario tener una modernización de la capacitación, pues de nada sirve que apostemos a esquemas que veníamos recibiendo hasta ahora, cuando la exigencia en este momento es muy distinta, ante nuevas necesidades empresariales y del mercado.
Esta capacitación, apuntó, tiene que aumentar la posibilidad de aprender en línea y el acceso a la digitalización, para lo cual tienen que trabajar juntos sistema educativo, sector privado y empleadores públicos.
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