Hay fortunas que son de abolengo, otras son fruto de muchos años de trabajo, algunas más fueron cuestión de suerte, pero a Joanne Rowling le llegó gracias a su fe en la magia y a que supo plasmarla en palabras dirigidas –con mucho amor— a su hija primero, y después al mundo entero.
Con una fortuna de 650 millones de dólares, según registró Forbes en 2017, y más de 500 millones de libros venidos en el mundo, la inglesa Joanne Rowling (J.K. Rowling), mejor conocida como la creadora del mundo de Harry Potter, nos recuerda que “no necesitamos magia para cambiar el mundo, ya que llevamos todo el poder dentro de nosotros”, y ella es el mejor ejemplo.
Las tempranas letras de Rowling emergían de su inquieta imaginación cuando era apenas una niña, creando mundos fantásticos para su hermana. Con el paso del tiempo sus ideas no cesaron, pero por timidez jamás se atrevió a enunciar todos los mundos que albergaba.
En la adolescencia hizo pruebas de admisión a Oxford, donde fue rechazada, pero no se dejó vencer y lo intentó nuevamente, esta vez en la Universidad de Exeter, la que es su alma máter al cursar los estudios de Filología francesa y clásica.
La hoy multimillonaria tuvo múltiples trabajos antes de pensar en dedicarse de tiempo completo a desahogar sus mundos en las letras, entre ellos destaca su fase como investigadora y secretaria para Amnistía Internacional, incluso en 1992 fue profesora de inglés en Portugal.
Fue un viaje de cuatro horas a Mánchester el que cambiaría su vida, cuando su mente tuvo el primer encuentro con el mago que la catapultara a la fama: Harry Potter. Sin embargo el encuentro fue breve, pues su madre falleció y más tarde se divorció de su pareja con quien concibió a su primer hija: Jessica Isabel.
Así, con el dolor del luto por la pérdida que había tenido, encontró consuelo en el mundo de Hogwarts, en donde encontró rostro y cura para la depresión a través de los dementores. Convivió y entendió a sus más allegados a través de la convivencia imaginaria con Ron y Harry y, lo más importante, se acogió y consoló a ella misma a través de Hermione, quien la autora ha expresado, es su propio espejo.
Sin embargo, el triunfo de Rowling no fue nada fácil, ya que los manuscritos que salieron de aquel renacer emocional fueron rechazados por múltiples editoriales, hecho preocupante si se toma en cuenta que la situación financiera de la escritora era apremiante pues apenas tenía los recursos para sobrevivir junto a su hija. Era tal su precariedad que presentaba a las editoriales transcripciones a mano, debido a que en aquel entonces las impresiones eran un gasto que no podía costear.
Fue hasta que una casa editorial independiente, Bloomsbury, decidió publicar el primer texto de Potter y gracias al éxito, basado en el boca a boca, que Rowling recibió una beca y un año después comenzó a venderse en Estados Unidos bajo el nombre de J.K. (La K proveniente del nombre su abuela: Kathleen), por recomendación de sus editores, pues aún, a finales de los 90, temían que los lectores se resistieran a leer los libros escritos por una mujer.
650
Millones de dólares es el monto al que asciende la fortuna que el mundo de Harry Potter le ha dejado a la escritora.
500
Millones de libros solamente del joven mago han sido vendidos en el mundo, aunque tiene algunos, como Cuentos de Beedle el Bardo, que son menos conocidos.