A casi un año de publicarse en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el llamado decreto anti huachicol por parte de la Secretaría de Energía (Sener), el miembro de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Walter Julián Ángel, considera que el impacto es mínimo en cuanto a la adulteración de combustibles.
“Lo que pasa es que hay una serie de productos que no están destinados a venta de gasolina y si tienen alguna problemática de no poderlo meter o introducir hablan con la Sener. Yo en particular como comisionado, no veo un cambio drástico, creo que es una industria organizada que encontró la manera de cómo darle vuelta a la restricción”, dijo a MILENIO.
Dicha medida restringe la importación de ciertas mercancías (combustibles minerales, aceites minerales y productos de su destilación; materias bituminosas; ceras minerales) que son susceptibles a mezclarse con las gasolinas, esto con el objeto de combatir el mercado ilícito de combustibles y el contrabando.
El comisionado consideró que el problema no tendrá una conclusión hasta que no lleguen a un acuerdo entre el regulador y los regulados de la industria en general. Añadió que estos combustibles adulterados no se venden de forma clandestina, sino que llegan al mercado regulado a través de estaciones de servicio con permisos.
“Me parece que desde esa perspectiva necesitamos hacer un freno y rehacer nuevos acuerdos regulatorios, hay que subir a la gente a los acuerdos, promocionar nuevas medidas, hablar desde la comunicación social como medidas de contención para poder mitigar. Es un problema muy grande”, afirmó.
El comisionado de la CRE comentó que en la adulteración de combustibles interviene una industria, muy bien asentada y construida; con instalaciones grandes. “Nosotros hemos estado sobre ellos. En alguna ocasión tomamos fotografías aéreas con por lo menos unos 50 autotanques instalados en un predio, pero se filtró la información y en una noche se fueron todos”.
ER