Por cada hectárea que se tala en México, los grupos delictivos llegan a obtener ganancias superiores a los 120 mil pesos, pero quienes cuidan el bosque solo reciben mil 500 pesos, por lo que resulta necesario ponderar estas cantidades y tener claro que al final el daño al medio ambiente es de 36 millones, si se considera que el litro de agua con un costo de a 15 centavos, una infiltración de 40 por ciento y que la recuperación del bosque tarda cuando menos 50 años.
Al hablar del “Cuidado de los Bosques”, el especialista en el tema, Víctor Daniel Ávila Ackerber, detalló que actualmente se pagan mil 500 de servicios ambientales por cada hectárea cuidada; 28 mil 800 del programa “Sembrando Vidas”, 13 mil por bonos de carbono, quienes talan de manera legal obtienen ganancias de 75 mil pesos, pero si es de forma ilegal consiguen 120 mil
“Lo que se debe tomar en cuenta es lo que perdemos al talar una hectárea de bosque, son 36 millones de pesos, pensando en que cada litro de agua tenga un costo de 15 centavos, considerando una infiltración de aproximadamente 40 por ciento y que un bosque se recupera en 50 años” dijo al auditorio de las jornadas del agua, en la sede del Poder Legislativo.
El investigador, quien ahora se desempeña como director de Comecyt, resaltó la importancia de los bosques, los errores de permitir el cambio del uso del suelo, para dar paso a grandes construcciones, aprovechándose de grandes zonas verdes, donde se han encontrado grandes proyectos que lucran con la naturaleza, de los cuales ya cancelaron Bosque Diamante con sus 20 mil casas, y están suspendidos temporalmente Villa Alpina y Terra Lago, pero siguen adelante El Tule, Reserva Santa Fe y bosque real.
Esto, dijo, fue a partir de una larga lucha que se ha dado para defender el Bosque de Agua con sus 25 millones de hectáreas, el cual debe ser cuidado como reserva hídrica de seguridad nacional, porque representa el vital líquido para 35 millones de personas de la zona centro.
Llueve más en el bosque
La importancia de este bosque, acotó, es porque ahí llueve el doble de otras regiones, cerca de mil 500 metros cúbicos al año, cuando en el Valle de Toluca, por ejemplo, son entre 700 y 800 litros.
En la Ciudad de México se tiene una media de entre 700 y 800 milímetros anuales, pero de esa cantidad 90 por ciento se evapora y regresa a la atmósfera; lo que queda no se aprovecha, se va al drenaje y se contamina con aguas negras, en tanto, en el Bosque de Agua una parte se evapora, se logra infiltrar entre 40 y 50 por ciento del agua y eso permite la recarga de los mantos acuíferos.
Es absurdo, añadió Víctor Ávila, que la lluvia en la zona metropolitana del Valle de México equivale a tres veces la demanda de su población. Hay suficiente agua, pero la estamos ensuciando y perdiendo todo en energía, porque se ha optado por traerla de lejos, vencer el desnivel y gastar en la operación de las bombas, la misma cantidad de energía eléctrica que consume toda la ciudad de Puebla.
El otro gran problema, acotó, es el tamaño del contraste, como ocurre en el municipio de Huixquilucan, por un lado, están pueblos que adolecen de falta de agua, cuando en el Club de Golf Bosque Real consumen 5 mil pipas de agua al día.