Se observan desacuerdos en Junta de Gobierno del Banxico para elevar tasa de interés

Incrementar la tasa de interés en 75 puntos base disiparía aún más cualquier duda sobre la autonomía y refrendaría la obligación moral con el segmento más vulnerable de la población.

Banco de México.
Silvia Rodríguez
Ciudad de México /

La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) coincidió en que las expectativas de inflación para 2022 y 2023 se incrementaron de manera importante; ante esta situación, la subgobernadora, Irene Espinosa, consideró necesario aumentar el ritmo de ajuste de la postura monetaria a 75 puntos base, pero otro de los integrantes de la junta consideró que esto atentaría contra el sano desarrollo de la economía y los mercados financieros.

De acuerdo con la minuta de la reunión de la Junta de Gobierno del Banxico con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 12 de mayo de 2022, aumentar la tasa de interés de referencia en 75 puntos base es necesario para lograr la convergencia a la meta dentro del horizonte de planeación y reforzar la credibilidad en el compromiso del banco central con su mandato prioritario de mantener la estabilidad de precios.

En la reunión, uno de los integrantes de la Junta de Gobierno comentó que las expectativas de inflación general correspondientes al cierre de 2022 se ubican en 6.75 por ciento, la mayoría señaló que las expectativas de mediano plazo aumentaron y uno más notó que las expectativas de largo plazo se revisaron marginalmente al alza, a un nivel de 3.55 por ciento, subrayó que nunca había alcanzado este nivel desde que comenzó su medición y otro argumentó que esto último representa una advertencia del riesgo de desanclaje.

En este contexto, la subgobernadora explicó que ante el recrudecimiento de las presiones inflacionarias, las proyecciones para la inflación general se revisaron al alza para los próximos cinco trimestres, acumulándose once decisiones consecutivas en que las previsiones se ajustan al alza en parte o en todo el horizonte de pronóstico.

Asimismo, agregó, las expectativas de inflación de largo plazo se ajustaron marginalmente por encima de 3.5 por ciento por primera vez desde que se registra su medición y la aceleración de la inflación por encima de lo esperado ha propiciado que los ajustes en la postura monetaria instrumentados en meses recientes hayan tenido un efecto limitado sobre la tasa de interés real, que se mantiene por debajo del nivel requerido para lograr la convergencia a la meta de 3 por ciento.

Irene Espinosa aseguró que frente a estos resultados, un entorno de mayor incertidumbre, condiciones externas más adversas y un balance de riesgos para la inflación deteriorado y sesgado al alza, es indispensable actuar con determinación, firmeza y oportunidad, al aumentar la tasa de interés de referencia en 75 puntos base.

Ante esta postura, otro de los integrantes de la junta argumentó que desde la adopción de la tasa de interés interbancaria como objetivo operacional en 2008, sólo en nueve de las 25 ocasiones en las que se ha incrementado la tasa objetivo se ha hecho en 50 puntos base, y nunca se ha aumentado dicha tasa en 75 puntos base, si bien no se había tenido un panorama tan complejo para la inflación como el actual.

Señaló que incrementar la tasa 75 puntos base sería un mensaje más fuerte del compromiso con el objetivo prioritario y esta medida disiparía aún más cualquier duda sobre la autonomía y refrendaría la obligación moral con el segmento más vulnerable de la población.

Además, esto implicaría llegar a la zona neutral más rápido, ayudaría a contrarrestar el deterioro de las expectativas de mediano plazo, tendría un mayor efecto en el anclaje de las de largo plazo, y daría una mayor postura monetaria relativa para enfrentar aumentos en la aversión al riesgo.

Argumentos en contra de un aumento de 75 puntos base en tasa de interés

Sin embargo, notó que sorprendería al mercado y analistas y esto dificultaría las previsiones de la trayectoria de la tasa de referencia y distorsionaría la interpretación de la función de reacción. Agregó que dicho incremento sugeriría una menor sensibilidad a las condiciones cíclicas de la economía.

Además, advirtió, podría marcar un nuevo ritmo de ajuste, difícil de reducir en el contexto de una inflación elevada, un ciclo de la Reserva Federal muy restrictivo y un ajuste monetario en México que va para largo, por lo que un ritmo mayor podría resultar en una tasa terminal excesivamente alta para el sano desarrollo de la economía y los mercados financieros.

Así, señaló que un aumento de 50 puntos base está descontado por el mercado y analistas, manda un mensaje de compromiso con el objetivo prioritario y es congruente con la narrativa de ajustes graduales.


srgs

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