El desarrollo urbano desordenado en el Valle de Guadalupe, en Ensenada, impacta la industria vitivinícola, quitando espacio para producir uva para vino, industria que puede desaparecer en 15 años si siguen las mismas condiciones, dijo Fernando Pérez Castro, presidente del Consejo Estatal de Productores de Vid de Baja California.
En conferencia, el líder empresarial remarcó que la sobreexplotación de la zona para otros fines causó que en los últimos 10 años perdieran 20 por ciento de tierra agrícola; el sector vitivinícola de Ensenada representa 75 por ciento de la producción de vinos en México.
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“Un ejemplo es Tulum, si hace 10 años se hubiera hablado con oceanólogos, pescadores y arqueólogos, hoy no estaríamos viendo las consecuencias de una región que no fue protegida en su momento, que ahora está desbordada. No queremos que suceda en el Valle de Guadalupe”, explicó.
Vinicultores, enólogos, chef’s y pobladores también remarcaron que si sigue este proceso podría desaparecer esta industria de Ensenada en 15 años.
“Sin vino, sin viñedos, no hay Valle de Guadalupe. ¡No lo hay!. Entonces el momento en que se destruya eso. ¿Pues a qué va a venir la gente?. ¿A qué va a venir?”, cuestionó la vitivinicultora Natalia Badán.
Es propietaria con sus hermanos del viñedo El Mogor que en la década de los 50 fundó su padre.
“Ciertos inversionistas, ciertos empresarios llegaron y dijeron: ¡Aquí hay mucha gente!. Por lo tanto hay negocio, por lo tanto empiezo a instalarme con una diversidad negocios que ya no son compatibles con el valle vitivinícola”, expuso.
Para Natalia, la destrucción principal de la zona agrícola la generan los conciertos masivos; "y es que aquí cada 15 días hay conciertos".
Keiko Nikishiwa, gerente de relaciones públicas de la vinícola Santo Tomás, dijo que esto se deriva porque se instalan bares con permisos de restaurantes, otorgados así por el Ayuntamiento de Ensenada, “todos los fines de semana sale uno nuevo”.
La investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California, Ilena Espejel, explicó que los usos de suelo en el Valle de Guadalupe datan desde 1990 para la agricultura.
En ese año se determinó un ordenamiento ecológico, pues a pesar de su poca agua se concluyó era suficiente para el cultivo mediterráneo, en específico de la uva y el olivo.
Urgieron a las autoridades de los tres niveles de gobierno a cumplir con un reordanamiento para evitar que muera esta zona agrícola del Noroeste del país.
AMP