Muchas empresas mineras están comenzando a abordar sus metas para disminuir la cantidad de emisiones de carbono en los siguientes años, por lo que el despliegue de energías renovables, el manejo de los recursos hídricos, así como la gestión de los contratos de compra de energía y el hidrógeno verde, son una opción para alcanzar la neutralidad en carbono.
Algunos sectores como el minero son de los que más dificultades tienen para lograr la descarbonización, pese a esto las compañías mineras en sus mapas de rutas han establecido metas ambiciosas, como lograr reducir hasta el 45 por ciento de sus emisiones para 2035, pero el foco común es que puedan alcanzar la neutralidad de carbono para el 2050.
En entrevista con MILENIO, el director de Desarrollo de Negocios, de Black & Veatch, Pablo Peñaranda, explicó que la planificación e integración de energías renovables para impulsar las operaciones mineras en América Latina es un objetivo estratégico para el sector minero y representa un primer paso alcanzable hacia una transformación operativa que se traducirá en una mayor eficiencia energética, rentabilidad y sustentabilidad.
“Lograr de alguna forma a otra cambiar los contratos de energía que tienen actualmente, con energías fósiles a renovables. Eso es un cambio comercial contractual en el que se tienen que analizar los costos que involucra ese cambio, porque regularmente son contratos firmados hace 10 ó 20 años”, explica.
“Algunas empresas mineras han tenido que pagar multas para hacer esa transición, pero están conscientes de que esa multa valía la pena porque justamente iba con los principios que se habían declarado”.
Pablo Peñaranda explicó que las tecnologías de hidrógeno para vehículos y equipos de trabajo y como medio de almacenamiento de energía in situ, son una fuente de combustible alternativa de rápida aparición que podría redefinir los enfoques de descarbonización global para el sector.
El directivo de la empresa de ingeniería y consultoría explicó que otro paso que puede ayudar a reducir la generación de gases invernaderos, es migrar algunos activos de generación que ya tienen las propias mineras con tecnología de diésel o carbón a una renovable o una más limpia o incorporando también tecnologías de hidrógeno o incluso construir plantas fotovoltaicas y eólicas alrededor de sus instalaciones.
Otro sector donde las compañía mineras tienen una oportunidad es en el manejo de recursos hídricos, ya que con la recirculación del agua puede existir un gran ahorro de energía en costos de bombeo o desalinización de aguas oceánicas utilizados en los procesos mineros.
“Muchas veces tienes que desalinizar agua del mar y bombearla a más de 2 mil metros de altura sobre el mar, ese bombeo no es gratis, necesita mucha energía, una planta de 2 mil litros por segundo requiere un planta de 50 megavatios, inclusive mucho más. Si se hace un mejor reuso de la recirculación del agua en el proceso de la minería se requiere menos agua”.
Debido a sus características geográficas y la abundancia de recursos naturales, América Latina tiene un gran potencial de energía renovable y mucha de la capacidad adicional desplegada en todo el continente es renovable.
De acuerdo con la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), al 2022, el 81 por ciento de la nueva capacidad de generación instalada en América Latina y el Caribe proviene de fuentes limpias, ya sea eólica, fotovoltaica, hidroeléctrica o plantas térmicas renovables (biogás y biomasa).
En este contexto, la transición energética en el sector minero es un objetivo con un valor estratégico cada vez más evidente. Es fundamental que las empresas mineras tengan un conjunto de herramientas y un marco de evaluación para lograr un camino confiable hacia el cero neto.
“Dar prioridad a las inversiones necesarias en innovación requiere experiencia técnica en tecnologías emergentes, las que deben considerarse para planificar estrategias de transición óptimas y a la medida. Este es un momento ideal para que las empresas mineras evalúen estas alternativas tecnológicas para asegurar un camino confiable y rentable hacia la neutralidad de carbono”, concluyó.
PMA