Desde 2008, las quejas por fallas en Global Air

Marco Aurelio Hernández voló más de una vez la nave siniestrada; en Chile de plano les prohibieron trabajar.

Marco Aurelio Hernández (centro) cuando trabajaba para la empresa.
Editorial Milenio
México /

Marco Aurelio Hernández pilotó más de una vez el avión que el viernes se desplomó en La Habana, Cuba.

Después de años de denunciarlo, sucedió lo que temía: un Boeing de la empresa para la que trabajó por ocho años se cayó. Toda la tripulación —incluido su compañero, el capitán Jorge Luis Núñez— murió en el accidente.

“Levanté en octubre de 2013, aquí la tengo a la mano, una demanda por falta de mantenimiento de los aviones. Hay personas muy capacitadas como mecánicos, pero les faltan refacciones que son necesarias para que los aviones estén, si no al 100, sí al 80, al 90 por ciento”, dice a MILENIO.

Hernández trabajó para Damojh de 2005 a 2013 y desde 2008 mantuvo al tanto a Manuel Rodríguez Campo, propietario, de las irregularidades de las aeronaves, pero nunca obtuvo respuesta.

“Varios incidentes tuve en esta compañía, como fallo de motor, se nos fue el sistema eléctrico despegando de México en una ocasión. Ibamos a Cuba, el jefe de mantenimiento iba también, tuvimos que regresar y reparar las líneas de electricidad”, relata.

Hernández voló tres aviones distintos, todos Boeing 737 con las matrículas XA-TWR, XA-UMQ y la XA-UHZ, este último fue el que se desplomó en La Habana, Cuba.

Sobre el mantenimiento de las aeronaves, Marco Aurelio explica que el servicio no es por años, como dijo la empresa, sino por las horas de vuelo que acumulen los aviones.

“Es por tiempo, por horas. Por lo regular los de mantenimiento son los que llevan ese récord, y dependiendo de lo que tengamos en las luces, las warning lights que se prendan en el avión”.

“Jorge era un gran piloto”

En uno de los Boeing 737 propiedad de Global Air, Hernández y Jorge Luis Núñez, capitán que murió en el accidente de Cuba, trabajaron por dos meses en vuelos por Chile.

“Estuvimos casi dos meses volando los dos juntos, un compañero muy capaz, muy preparado, muy serio, no sé qué le haya pasado a Núñez”, relata el ex piloto, quien a lo largo de su carrera trabajó para Aerolíneas Internacionales, para la extinta Taesa y por seis años como piloto en la PGR.

Hernández recuerda que en una ocasión un inspector chileno les dijo que no volaran en ese país por las anomalías que presentaba la aeronave de matrícula XA-TWR.

“Las anomalías que tenían los aviones en Santiago de Chile nos las dijeron los inspectores: ‘este avión es una cafetera, te regresas porque esta basura no va a volar en Chile’, tengo aquí en las manos un acta que levanté por falta de mantenimiento y porque el avión ya había rendido, ese fuselaje ya estaba vencido”, explica y muestra la denuncia de hechos, de la que MILENIO tiene una copia, presentada el 14 de octubre de 2013 ante Alexandro Argudin Le Roy, quien en ese entonces era el director de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

“Volé con el Cruz Azul”

Además de hacer servicios chárter, Marco Aurelio también hizo algunos vuelos privados. En 2012 viajó con el equipo de futbol Cruz Azul por Sudamérica y poco antes de llegar a Perú falló un motor.

“Con el Cruz Azul, viniendo de Paraguay a México, 140 millas antes de llegar a Perú para recargar combustible, tuvimos falla del motor izquierdo por calentamiento, tenía a bordo a todo el equipo”, recuerda.

En otra ocasión, Hernández y su tripulación volaron durante tres meses por Venezuela e hicieron vuelos nocturnos sin radar, “y si no volábamos nos quitaban el contrato, y si nos quitaban el contrato nos quedábamos sin trabajo”.

Marco Aurelio renunció cuando, después de años de pedir mejor condiciones y unas horas antes de subir a un vuelo desde Ciudad Juárez tuvo un derrame cerebral.

Al pedir ayuda no fue hospitalizado, sino que lo enviaron en autobús desde la frontera norte hasta la capital, donde finalmente un paramédico logró estabilizarlo.

Todas las irregularidades las denunció ante la SCT. Desde 2013, Marco Aurelio mantiene activa una denuncia contra el propietario de la empresa. “Sí hay que mandar una inspección fuerte para que ya no se pierdan más vidas inocentes que van, que pagan su boleto, y este señor cobra y cobra”.

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