Magnates y líderes empresariales de Francia y del extranjero prometieron cientos de millones de euros para la restauración de la catedral de Notre Dame, después de que el techo del sitio histórico de París quedó destruido por el fuego.
Por su parte, el presidente Emmanuel Macron se comprometió a reconstruir lo que calificó como el “epicentro de nuestra vida”, y dijo que quiere completar esta tarea en cinco años. “Reconstruiremos la catedral y la haremos aún más hermosa que antes”, dijo el mandatario en un discurso televisado de cinco minutos a la nación. “Podemos hacerlo, y nos movilizaremos para lograrlo”, agregó.
Sin embargo, algunos expertos creen que tomará décadas restaurar el edificio en el centro de París, incluso con las donaciones de los ricos empresarios de Francia y el resto del mundo.
El martes pasado, el fiscal de París dijo que no hay evidencia de un incendio provocado y que los investigadores trabajan con la hipótesis de que el fuego fue accidental. La investigación será “larga y compleja”, dijo.
Antes el cuerpo de bomberos de París, confirmó que el incendio se extinguió cerca de 15 horas después de que inició en el techo de la obra maestra gótica medieval, cuya construcción comenzó hace más de 850 años.
Con Francia en duelo, por su símbolo cultural devastado, los principales partidos políticos anunciaron una tregua y suspendieron las campañas para las elecciones europeas de mayo.
El Dato.850 años
de antigüedad tiene este símbolo cultural de Francia
Las estructuras de piedra de Notre Dame, que incluyen los dos famosos campanarios en el lado oeste de la catedral, se encuentran prácticamente intactas y sus enormes vitrales de cristal resistieron el fuego.
Los funcionarios de la iglesia dijeron que los tesoros y las reliquias religiosas en su mayoría están a salvo, pero las autoridades aún tienen que evaluar totalmente el daño al gran órgano y otras estructuras dentro del cuerpo principal del recinto.
El techo en llamas y la altísima flèche —una torre de madera y metal— se derrumbaron en el centro del edificio. La familia Arnault, propietaria del grupo de lujo LVMH, prometió 200 millones de euros (mde) para ayudar en los esfuerzos de restauración, mientras los Pinault, que controlan el conglomerado Kering y el holding Artemis, prometieron 100 mde.
“Ante esta tragedia, todos desean devolverle la vida a esta joya de nuestro patrimonio”, mencionó François-Henri Pinault, presidente de Artemisa.
Otras compañias se sumaron a la noble causa, como la empresa de gas y petróleo Total, que anunció un regalo especial de 100 mde. Henry Kravis, cofundador del grupo de capital privado KKR, y su esposa Marie-Josée, dijeron que van a contribuir con 10 millones de dólares.
Por su parte, Tim Cook, director ejecutivo de Apple, dijo en Twitter que la compañía donaría para restaurar “el valioso patrimonio de Notre Dame para las generaciones futuras”.
La noche del lunes pasado, Macron se paró frente a la catedral, que aún estaba en llamas, y anunció un fondo de suscripción nacional para reconstruirla. “Pudimos construir Notre Dame hace más de 800 años; se requirieron siglos para agrandarla y mejorarla.
Les digo muy solemnemente que esta catedral la vamos a reconstruir juntos”, dijo el presidente. “Notre Dame de París es nuestra historia, nuestra literatura, la vida de nuestra imaginación, el lugar donde hemos vivido todos nuestros grandes momentos, nuestras epidemias, nuestras guerras y liberaciones. Es el epicentro de nuestra vida”, dijo Macron.
“Es una catedral de todos los franceses, incluso si nunca han estado en ella. Esta historia es nuestra y está en llamas”. Anne Hidalgo, alcaldesa de París, prometió 50 mde y una “gran conferencia internacional de donantes, que podría celebrarse en el ayuntamiento de la ciudad”.
La atención ahora estará en descubrir cuál fue la causa del incendio —que pudo haber comenzado en los andamios o en el desván donde se estaban realizando los trabajos de reconstrucción y restauración—, así como en estabilizar las ruinas e iniciar las reparaciones.
“Ahora hay que analizar y evaluar el alcance de los daños internos, si la estructura se vió afectada, y posteriormente comenzar la reconstrucción”, dijo Benjamin Griveaux, parlamentario francés del partido de Macron, quien renunció como portavoz del gobierno para competir en las elecciones para la alcaldía de París el próximo año.
“Por supuesto que es un símbolo muy fuerte para los católicos franceses, pero también para la nación y el mundo. Al final, es el edificio por el que se inventaron las palabras ‘patrimonio mundial’”, dijo Griveaux.