El inminente aumento de precio a la tortilla para el próximo año es resultado de un abandono al campo, a la producción de maíz y a las cadenas de distribución de insumos en los últimos 30 años, ante lo cual, se requiere la reconstrucción de los procesos para que estados como Puebla y, en general, el país, sean autosuficientes en granos.
Miguel Calderón Chelius, coordinador del Observatorio de salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que se están observando las consecuencias por dejar de cosechar de maíz ya que México optó por comprar el grano en el extranjero, aunque fuese transgénico y de baja calidad.
Después de que Elvira Blanco Sánchez, representante en Puebla de la Cámara Nacional de la Industria de la Masa y la Tortilla, explicó que el precio de la tortilla, alimento básico en la dieta de las familias, por ahora se encuentra estable y cerrará este año entre los 15 a 20 pesos por kilogramo; sin embargo, para 2023, la situación cambiará debido a que se proyectan ajustes en el costo de la tonelada maíz, principal insumo, el investigador de la Ibero destacó que se están presentando los efectos por el abandono del campo.
“Esto nos da una lección muy importante, en la época neoliberal se nos dijo que debíamos dejar de cosechar alimentos. ¿Para qué quieren cosechar maíz si lo pueden comprar barato en Estados Unidos? ¿Para qué lo quieren cosechar? Hoy es clarísimo que hablar de seguridad alimentaria es hablar de soberanía alimentaria”, apuntó.
El investigador de la institución de educación superior que forma parte del Sistema Universitario Jesuita destacó que, para revertir la situación de aumentos de precios en alimentos, se requiere que México sea autosuficiente en, al menos, seis alimentos, entre ellos, el maíz.
“Como país debíamos aspirar a ser capaces de producir los cinco o seis alimentos que nos sean más indispensables, empezando por el maíz. Hay un lema que me encanta: sin maíz no hay país. Eso sería muy importante”, destacó.
La autosuficiencia alimentaria en granos, específicamente, en maíz, es complicada porque se tienen que revertir tres décadas de procesos en los que se afectaron las cadenas de producción y de distribución.
“Para eso hay que revertir procesos que ocurrieron durante los últimos 30 años, hay que reconstruir los procesos productivos y las cadenas de distribución”, añadió.
Para que un alimento aumento de precio intervienen diferentes factores, entre ellos, los procesos de distribución que encarecen el producto final, ya que, los productores de granos como el maíz no están resultando beneficiados con los aumentos de los precios a las tortillas.
“Una parte muy importante de los costos de los alimentos están en ese proceso de distribución que va encareciendo en cada uno de los pasos el alimento. Entonces, realmente, no es en los productores el alto precio del maíz, del trigo, del frijol, de las frutas y verduras, sino es en los distintos pasos de distribución. Necesitamos hacer mejores cadenas de distribución”, expresó.
Ante la situación actual, es momento de construir un sistema de acceso a la alimentación sana en México para que el maíz que se produzca y las tortillas que consumen las familias sean de calidad, finalizó el investigador.
CHM