Deuda neta del gobierno de México respecto al PIB aumentará a partir de 2023: FMI

El FMI estima que en 2023 la deuda neta del gobierno mexicano aumentará a 51 por ciento del PIB, en 2024 a 51.3, en 2025 a 51.6, en 2026 a 51.9 y en 2027 a 52.2.

En 2022, la deuda neta del gobierno mexicano representará 49.1 por ciento del PIB. (Foto: Shutterstock)
Silvia Rodríguez
Ciudad de México /

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que a partir de 2023 la deuda neta del gobierno mexicano aumentará respecto al producto interno bruto (PIB) y llegará en 2027 a 52.2 por ciento, esto a pesar de que las proyecciones de la Secretaría de Hacienda apuntan a una disminución de la deuda.

De acuerdo con el informe Monitor Fiscal, octubre 2022, en 2022, la deuda neta del gobierno mexicano representará 49.1 por ciento del PIB, un poco por arriba de las previsiones de Hacienda, quien prevé que la proporción será de 48.9 por ciento en el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público.

El organismo internacional estima que en 2023 la deuda neta del gobierno mexicano aumentará a 51 por ciento del PIB, en 2024 a 51.3, en 2025 a 51.6, en 2026 a 51.9 y en 2027 a 52.2 por ciento.

Por otra parte, Hacienda estima que en 2022 se alcanzará un superávit primario de 0.1 por ciento del PIB, mientras que el FMI estima que será de 0.0 por ciento; es decir, no habrá tal.

Para 2023, el organismo internacional prevé que el superávit primario será de 0.8 por ciento del PIB, en 2024 y 2025 de 1.9 por ciento, en 2026 de 1.8 por ciento y en 2027 de 1.7 por ciento.

Hacienda indicó en el Paquete Económico 2023 que se estima que al cierre de 2022 los balances de finanzas públicas contribuirán a que la deuda pública se mantenga en una trayectoria estable y sostenible y prevé un balance público en equilibrio, en línea con el monto aprobado en el Paquete Económico 2022, aún con los subsidios otorgados para el control de la inflación y la contención del precio de la gasolina.

Por su parte, el FMI señaló que en contexto inflacionario, frente a choques de oferta duraderos e inflación generalizada, los intentos de limitar la inflación a través de controles de precios, subsidios o recortes de impuestos serán costosos para el presupuesto y, en última instancia, ineficaces, por lo que los gobiernos deberían permitir que los precios se ajusten y proporcionar transferencias temporales de efectivo dirigidas a los más vulnerables.

Precisó que en el número cada vez menor de países con espacio fiscal y donde la inflación está bajo control, los estabilizadores automáticos deberían funcionar plenamente.

AMP

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