El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advirtió que el tener un sistema fiscal en desequilibrio implicará que la deuda que no pagan las presentes generaciones, quienes utilizaron los recursos fiscales, deberá ser pagada por las futuras generaciones, quienes, posiblemente, nunca se beneficiaron de la misma.
En un documento, señaló que de mantenerse en el futuro las políticas públicas actuales, las siguientes generaciones, que son todas aquellas que no han nacido hasta el momento, tendrían que pagar 616 por ciento más que las presentes generaciones para recibir los mismos bienes y servicios públicos que actualmente se proveen, tanto en cantidad como en calidad.
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El CIEP explicó que cuando las políticas públicas están desequilibradas hay una distribución inequitativa de los recursos públicos entre generaciones; por ejemplo, si actualmente las políticas tributarias no recaudan lo suficiente, cubriendo así parte del presupuesto mediante endeudamiento, las futuras generaciones deberán pagar más impuestos para saldar la deuda que se adquirió en el pasado, restando, además, recursos para temas como inversión en infraestructura, salud e innovación, entre otros.
En este contexto, una persona nacida en 2020 pagaría 138 mil 770 pesos en aportaciones netas, mientras que alguien nacido en las siguientes generaciones pagaría 992 mil 066 pesos durante el transcurso de su vida.
El centro de investigación agregó que la redistribución de recursos públicos también se manifiesta por sexo, pues al existir diferencias en el mercado laboral por salarios y participación, las aportaciones netas de las mujeres son inferiores a las de los hombres; por lo tanto, las políticas actuales podrían incrementar las brechas de género en el futuro.
lvm