Hay rezagos importantes en acceso a productos y servicios financieros, si bien cambios en tecnologías han propiciado un mayor uso de ellos en la población, no es suficiente, los avances en infraestructura digital y en ciberseguridad son los mayores retos para la inclusión financiera, advirtió el Banco de México (Banxico).
La inclusión financiera consiste en el acceso y uso de los servicios financieros formales bajo una regulación apropiada que garantice esquemas de protección al consumidor y promueva las competencias económico-financieras.
El director de Evaluación de Servicios Financieros del Banxico, Pedro Adalberto González, refirió que el uso de canales digitales para la provisión de servicios financieros puede resultar en una mayor inclusión financiera, pero también lleva la exposición a nuevos riesgos, entre ellos, el cibernético.
“La materialización de estos riesgos puede causar a las instituciones financieras daños de tres tipos: disrupciones de las tecnologías de la información que utilizan y la consecuente indisponibilidad de sus servicios; afectación a la integridad, confidencialidad y disponibilidad de la información que gestiona la institución, incluida la de sus clientes; y pérdidas económicas de las instituciones o de sus clientes”, señaló.
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Durante su participación en la conferencia “Fintech en México y América Latina y el Caribe, tendencias y desafíos”, el directivo indicó que esto puede llevar a que el impacto de los ciberataques pueda extenderse a la reputación de las instituciones afectadas, causando daños que incluyen una posible disminución de la confianza en el sistema financiero que lleve a una “auto-exclusión” financiera.
México rezagado en inclusión financiera
Explicó que en comparación con países con un nivel de desarrollo similar, México presenta un rezago en indicadores de acceso a infraestructura física y en tenencia de productos financieros, como son las cuentas de depósito o de ahorro. También hay un rezago en terminales punto de venta. cajeros automáticos y sucursales, en relación con países como Brasil, Argentina y Turquía.
Pedro Adalberto González destacó que a pesar de avances en productos financieros formales, su uso sigue limitado; por ejemplo, 24 por ciento de los adultos tiene una tarjeta de crédito, pero 17 por ciento de ellos reportan a usarla, principalmente porque sólo está para emergencias o porque la gente no le gusta endeudarse.
En tanto, añadió, 34 por ciento de los adultos cuenta con tarjeta de débito, pero no la usa, principalmente, porque prefiere el efectivo y porque siente desconfianza.
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Las personas señalaron que las principales razones para preferir el efectivo radican en que lo usan por costumbre, llevan un mejor control de sus gastos, tienen desconfianza en las tarjetas de débito, porque sus pagos son de montos bajos, porque no aceptan tarjetas en donde compran y por el establecimiento que cobra comisiones.
Los más vulnerables, los más rezagados
El director de Evaluación de Servicios Financieros del Banxico hizo hincapié en que los grupos más vulnerables, especialmente los que se encuentran en zonas rurales y el sureste del país, tienen menos puntos de acceso físico y sus habitantes tienen menos servicios financieros.
Expuso que hay un alto grado de heterogeneidad de la cobertura de internet a través de los estados del país y dentro de estos entre localidades urbanas y rurales, y la cobertura de internet es un componente necesario para el despliegue de puntos de infraestructura del sistema financiero.
Reconoció que hay una coincidencia entre acceso a internet e infraestructura física y financiera y si bien hay algunos estados con alta conectividad, hay otros con niveles de infraestructura moderados.
AMP