La Oficina Nacional de Estadística (ONE) informó que el producto interior bruto (PIB) de China creció 4.9 por ciento interanual en el tercer trimestre de 2020, lo que muestra la tendencia de recuperación económica en el gigante asiático tras lograr controlar la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad covid-19, que provocó en el primer trimestre la primera caída del PIB chino desde 1976, con menos 6.8 por ciento.
Pese a este resultado, el crecimiento se sitúa ligeramente por debajo de lo esperado por la mayoría de analistas, que pronosticaban un avance superior al 5 por ciento entre julio y septiembre.
Así pues, en el global de los primeros nueve meses del año la segunda economía mundial se expandió 0.7 por ciento, regresando a una situación de crecimiento, ya que, pese al avance experimentado en el segundo trimestre, el desplome entre enero y marzo hacía que en la primera mitad de 2020 la bajada hubiera sido del 1.6 por ciento.
En términos nominales, la riqueza total de China alcanzó los 72.28 billones de yuanes, unos 10.79 billones de dólares, a finales de septiembre.
"El crecimiento pasó de negativo a positivo, las relaciones entre la oferta y la demanda fueron mejorando de forma paulatina, se mejoraron la vitalidad y el dinamismo del mercado, y se garantizó el empleo y el sustento de la gente. La economía nacional continuó con su recuperación sostenida y se mantuvo la estabilidad social general", desgranó la ONE.
Este año, por primera vez desde 1990, Pekín no se marcó una meta de crecimiento económico debido a la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia.
Mientras tanto, las instituciones internacionales son optimistas: el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el PIB chino crezca 1.9 por ciento en el global de 2020 y el Banco Mundial (BM) pronostica un avance del 2 por ciento.
Cualquiera de estas cifras se situaría muy por debajo del 6.1 por ciento que sumó la economía china en 2019, pero igualmente supondrían que el país asiático sea uno de los pocos del mundo en crecer este año, en el que el FMI espera una contracción del 4.4 por ciento a nivel mundial.
La ONE también hizo públicas otras estadísticas como la producción industrial, que se incrementó 1.2 por ciento hasta septiembre, o las ventas minoristas, que se contrajeron 7.2 por ciento en ese período.
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La suma de estos dos indicadores confirmaría la teoría de algunos analistas de que la recuperación china ha sido mucho más potente por la parte de la producción que por la de la demanda.
La inversión en activos fijos creció 0.8 por ciento, y la inversión inmobiliaria subió 5.6 por ciento interanual.
MRA