De acuerdo con el Censo Agropecuario 2022 en el Estado de México había 759 mil 963 hectáreas de uso agrícola, 68.1 por ciento de la mano de obra en el campo eran hombres y las unidades de producción agropecuaria con crédito y seguro registraron un incremento 49.2 por ciento con una tasa de crecimiento anual de 2.7 por ciento, en los últimos 15 años, aunque sólo son 296 unidades de producción.
El territorio mexiquense tiene una superficie total de 2 millones 235 mil 180 hectáreas, de las cuales un millón 936 mil 666 son área rural y 297 mil 908 corresponden a centros de población, caminos y cuerpos de agua. Del total de área rural, un millón 110 mil 862 hectáreas, es decir, 57.4 por ciento, corresponden a suelo con uso o vocación agropecuaria y 825 mil 804, es decir, 42.6 por ciento, a superficie sin uso o vocación agropecuaria.
Superficie con uso y vocación agropecuaria
El Censo Agropecuario revela que en 2022 en el Estado de México había 440 mil 531 unidades de producción agropecuaria y 759 mil 963 hectáreas de superficie agrícola, de las cuales 371 mil 802 fueron activas con 666 mil 855 hectáreas y 68 mil 729 fueron sin actividad con 93 mil 108 hectáreas.
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Las unidades de producción agropecuaria activas contaron con 584 mil 381 hectáreas de superficie sembrada y 82 mil 473 no sembradas. De estas últimas, 56 mil 582 hectáreas eran superficie en descanso y el resto, 25 mil 891 hectáreas, superficie no sembrada por mal temporal, por falta de crédito, por enfermedad, por falta de dinero o apoyos o porque no hubo quien la sembrara.
La superficie promedio, por unidad de producción activa es de 1.8 hectáreas, mientras en el Censo Agropecuario 2007, el promedio fue de 2.1 hectáreas. En cuanto a unidades de producción propiedad de una persona física, 92.9 por ciento tenía una superficie hasta de cinco hectáreas y 7.1 por ciento una superficie mayor.
Características de la población dedicada al campo
Dos millones 728 mil 382 personas son mano de obra en actividades agropecuarias o forestales de las unidades de producción, de las cuales un millón 858 mil 811 eran hombres (68.1 por ciento) y 869 mil 571 mujeres (31.9 por ciento). En comparación con el Censo de 2007 el involucramiento de las mujeres en las labores agropecuarias y del campo tuvo un descenso de dos puntos porcentuales.
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El total de mano de obra se compuso, en primera instancia, de 970 mil 860 familiares y 129 mil 960 personas dependientes remuneradas de las unidades de producción. Además, 282 mil 880 productoras y productores participaron activamente en las labores productivas y un millón 344 mil 682 jornaleras y jornaleros. Cabe señalar que la cifra de esta última categoría no se refiere a personas, sino a puestos de trabajo.
De las y los productores responsables de las unidades de producción, 78.1 por ciento tenía más de 45 años y 30.9 por ciento 65 y más.
En cuanto a la escolaridad de las y los productores, el nivel de primaria predomina, aunque se redujo de 54.7 a 50.6 por ciento, entre 2007 y 2022. La secundaria registró un incremento de 14.8 a 24.1 por ciento y el bachillerato o preparatoria de 2.9 a 5.9 por ciento.
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Problemas más comunes en el sector
El parque vehicular de tractores propios tuvo un incremento de 76.0 por ciento al pasar de 8 mil 479 unidades en 2007 a 14 mil 926 en la actualidad. Lo anterior se traduce en una tasa de crecimiento anual de 3.8 por ciento. El promedio de tractores por unidad de producción, si sólo se considera a las que reportaron tener tractor propio, fue de 1.2.
Los problemas más comunes que percibieron las y los productores agropecuarios, que afectaron la producción y productividad de las unidades de producción fueron los altos costos de insumos y servicios con 91.5 por ciento, los factores climáticos con 80.6 puntos porcentuales; la baja de precios o disminución de ventas a causa de la pandemia con 40.8 por ciento; la pérdida de fertilidad del suelo con 38.7 por ciento; inseguridad con 34.1 por ciento, y los factores biológicos con 33.9 por ciento.
OMV