Desde que incursionó en el mundo financiero con su fondo de inversión, ESL Investments, Edward Lampert se caracterizó, cual Rey Midas, por convertir en oro las acciones de las empresas en las que invertía, amasando rápidamente y de la nada, una cuantiosa fortuna.
Según la mitología griega, el Rey Midas le pidió a Dionisio la habilidad de convertir en oro todo lo que tocara, pero pronto vio que el deseo era un error, pues transformaba hasta los alimentos.
Morir de hambre no estaba en los planes del rey de Macedonia, por lo que pidió al dios revertir su deseo; así, por voluntad propia, el Rey Midas perdió su don. En contraste, Edward Lampert simplemente lo extravió, pues desde que invirtió y tomó el control de Sears Holdings, la empresa ha ido en picada.
Aunque tiene 2 mil millones de dólares en su bolsa, hizo que una de las empresas más grandes del mundo luche por no irse a la quiebra.
Los buenos años
Como si hubiera estado marcado por el destino, Edward Scott Lampert nació el 19 de julio de 1962 en Nueva York, Estados Unidos, la meca de las inversiones en valores. Por si fuera poco, aunque su madre era ama de casa y su padre abogado, su abuela le inculcó la idea de invertir, y todos los días revisaba junto a su nieto cómo se movían las acciones de las diferentes empresas de Wall Street.
La infancia y adolescencia de Eddie pasó sin contratiempos gracias al trabajo de su padre, quien falleció a los 47 años, provocando una fuerte desestabilización en su vida: su madre tuvo que salir a trabajar y él hizo lo mismo en varios almacenes, siempre combinándolo con sus estudios.
El esmero de Edward se vio recompensado al recibir ayuda financiera para ingresar a la Universidad de Yale, de donde se graduó en economía en 1984. A partir de ahí su vida cambiaría por completo.
En julio de ese año tomó un empleo como interno en Goldman Sachs, donde escaló hasta el departamento de arbitraje y riesgo, aprendiendo todo acerca de las virtudes y defectos de las empresas.
En 1988, una vez que aprendió todo lo necesario, decidió aventurarse por su cuenta, para lo que convenció a algunos inversionistas y creó su fondo de inversión, ESL Investments, firma con la que se hizo de importantes clientes, ávidos de mejorar sus rendimientos.
Como todo un Rey Midas, cada una de las empresas en las que su fondo invertía destacaban, multiplicando el precio de las acciones, y por consiguiente, convirtiendo rápidamente a Edward Scott Lampert en multimillonario.
Su leyenda en Wall Street se comenzó a extender y cada vez atraía a inversionistas más grandes, llevándose comisiones de ensueño por administrar dichas fortunas.
Las ganancias de Lampert en 2004 llegaron a mil millones de dólares, lo que lo convirtió en el primer gerente financiero de Wall Street en exceder dicha barrera en un solo año. En 2006 apareció en la lista Time 100 de las personas influyentes del mundo.
La caída
Dicen que todo lo que sube tiene que bajar. Y en el caso de Lampert, esa vieja frase se cumplió con su suerte.
Tras haberse hecho de la mayoría de las acciones de Sears Holdings con base en una serie de inversiones que inició en la década pasada, en 2013 fue nombrado CEO de la compañía, lo que marcó el inicio de su declive personal y empresarial.
Bajo su mandato, el conglomerado que antaño fuera un icono de las tiendas minoristas se ha visto envuelto en un huracán de malas decisiones, lo cual la tiene al borde del abismo y en el peor momento de su historia.
El mayor pecado de Lampert fue no haber sabido cómo llevar a la empresa a la nueva era digital, dando como resultado una fuerte derrota frente a minoristas online como Amazon, que le han quitado gran parte de mercado.
Magia
Al inicio de su carrera como inversionista todo lo que tocaba lo convertía en oro, lo que hizo que ganara un nombre en Wall Street.
Salto
Su visión, estrategia y perseverancia lo llevaron a ser el dueño mayoritario y CEO de Sears Holdings.
Reto
Al frente de la minorista las cosas no le han ido del todo bien y ahora lucha por que la empresa no se vaya a la quiebra.