El sargazo, un verdadero problema para el Caribe mexicano

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La industria turística mexicana invierte sumas insostenibles en la lucha contra el sargazo, pero el gobierno desestima el problema.

La Asociación de Hoteles de Tulum estima que cerca de 1 millón de pesos al mes será el costo para combatir el sargazo (Reuters).
Jude Webber
Ciudad de México /

En lugar del mar color turquesa y la playa inmaculada que Don Gatti, un administrador escolar de California, anticipaba cuando llegó a Playa del Carmen para pasar sus vacaciones en México, el agua era café y había una alfombra de algas podridas que cubría la arena blanca. 

La playa está llena de movimiento, pero no de vacacionistas, sino de dos docenas de trabajadores que levantan las algas con palas y carretillas, algunos metidos hasta la cintura en el fango. Un camión con una pala delantera aleja las algas. El olor es horrible.

“Esto no es lo que esperábamos”, admitió Gatti mientras se recostaba en una silla playera a unos metros del equipo de limpieza.

 Desde 2011, el sargazo estrangula algunas de las playas más queridas de México en cantidades cada vez más grandes, causando no solo hedor y monstruosidad, sino también daños a los arrecifes de coral y a los ecosistemas marinos.


La península de Yucatán está particularmente expuesta, pero las algas han atascado las playas de todo el Caribe y Florida, creando una catástrofe hecha por el hombre de proporciones cada vez mayores. La llegada de una isla de algas del tamaño de Jamaica es una escalada preocupante.

“Se trata del mayor desastre ambiental para México, estas son algunas de las áreas con mayor biodiversidad en el mundo”, dice Esteban Amaro, un hidrobiólogo que monitorea las algas.

El Dato.

12 mdd

perdieron los hoteleros de la Riviera Maya este año debido al sargazo


“Si no hacemos algo al respecto, el daño se volverá irreversible…. y en unos años, no en décadas”, agrega Brigitta van Tussenbroek, del laboratorio de algas de la UNAM en la Ciudad de México.

 Se ha observado sargazo en el Atlántico desde la época de los conquistadores, pero la deforestación masiva en el Amazonas para despejar la tierra para el cultivo y el uso intensivo de fertilizantes, bombea nitrógeno a los océanos, lo que estimula el crecimiento de algas. Esto, junto con las temperaturas más cálidas en el océano, provocó que la cantidad de algas estallara, dicen los científicos.

En el mar, el sargazo está vivo y proporciona un hábitat para tortugas y peces. Pero una vez que llega a tierra y muere, produce gases tóxicos y filtra ácidos y metales pesados de vuelta al mar, alterando el pH del agua y privando a los océanos de oxígeno. Eso conduce a la propagación del síndrome blanco, una enfermedad agresiva de los corales, dice Amaro. 

Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México, movilizó a la Secretaria de Marina con barcos y barreras para atrapar algas. Asimismo, destinó un presupuesto de 2.7 millones de dólares (mdd) para abordar el problema.

 Pero esto es menos de una décima parte de lo que los hoteleros de la costa afectada esperan pagar por limpiar las playas este año. El presidente enfureció a las empresas locales al decir que el impacto de las algas en la región —que representa la mitad de la contribución de 8.7% del turismo al PIB— “no es muy grave”. 

El turismo es la tercera mayor fuente de ingresos del país, detrás de la fabricación de automóviles y las remesas, con un valor de 23,000 mdd. Por ello, los hoteleros temen que, si México no logra combatir las algas, los turistas elegirán centros turísticos en otros lugares del Caribe, como República Dominicana, que tuvo éxito en combatir las algas con barreras marinas. 

En la bahía de Akumal, cerca de Tulum, los visitantes disfrutan de cócteles con vistas a una playa limpia y de aguas cristalinas, pero lograrlo es una batalla interminable que le puede costar a cada hotel cerca de 1 millón de pesos al mes, dice David Ortiz Mena, presidente de la Asociación de Hoteles de Tulum.

 “Los hoteles están invirtiendo sumas insostenibles en la lucha contra el sargazo”, agrega. “Algunas noches sacamos 400 metros cúbicos…. mucha gente está abrumada”. 

Según los datos de la industria, los hoteleros de la Riviera Maya, que se extienden a lo largo de 120 kilómetros desde Puerto Morelos hasta Punta Allen, ya perdieron aproximadamente 12 mdd este año debido a las cancelaciones relacionadas con el sargazo. Pero los turistas que ya estaban en México ponen buena cara. 

“Lo sabíamos, leímos sobre esto, pero es muy diferente estar aquí, verlo y olerlo”, dice Ben Brenson, un trabajador de aviones en tierra de Chicago que reconoce que, si no hubiera asistido a una boda, “probablemente habría elegido un destino diferente”. “Supongo que esto es lo que le estamos haciendo a la naturaleza”, dice. “Es nuestra propia creación y la gente no se da cuenta”.


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