Pemex puede agravar en el mediano plazo su situación financiera debido a que mantiene una política que no cumple con los convenios internacionales de reducción de gases de efecto invernadero, lo cual limitará su acceso a financiamiento en los mercados internacionales pues hay una mayor presión de tenedores de bonos de su abultada deuda exigiendo estrategias más sustentables, apuntan especialistas.
Miguel Ángel Tovar López, socio responsable de la división de gobierno y energía de Alterpraxis, señaló que esta llamada de alerta es porque en su Plan de Negocios 2021-2025, Pemex no considera prioritaria la transición energética y sigue centrando sus operaciones en la quema de combustibles fósiles lo que provocó que en sus seis refinerías las emisiones de dióxido de azufre de 2021 ascendieran a 63.7 millones de toneladas, 4.2 por ciento más que hace cinco años.
En entrevista con MILENIO, comentó que aun cuando su deuda en bonos no supera los 5 mil millones de dólares, y que su pasivo total es de 115 mil millones, lo que preocupa es que inversionistas comenzaron a ejercer presión para que Pemex cumpla con los convenios internacionales de reducción de dióxido de azufre y metano que tiene.
“En política energética sustentable, México va en sentido contrario, pues mientras otras petroleras como Shell, Repsol o BP se propusieron alcanzar cero emisiones de gases de efecto invernadero en 2050, Pemex mantiene un plan contrario, no obstante que el país forma parte de la Agenda 2030 de combate al cambio climático y firmante en el Compromiso Global de Metano en la COP-26”, contó.
Víctor Florencio Ramírez Cabrera, vocero de Plataforma México en clima y energía, advirtió que además, los inversionistas que pueden comprar los bonos de Pemex están exigiendo 6.3 puntos adicionales a la tasa de interés, tal como sucedió con la reciente emisión de 2 mil millones de dólares destinados a refinanciar la carga crediticia cuyo cupón se cifró en 10.375 por ciento.
“Al no cumplir Pemex con las normas ambientales, además de ser considerada la novena petrolera más contaminante a nivel mundial y número uno en Latinoamérica, los tenedores ven los bonos como inversión de riesgo y de ahí que el financiamiento sea cada vez más caro” agregó.
Sin hoja de ruta
Ramírez Cabrera afirmó que a pesar de que Pemex comunicó que se encuentra realizando un rediseño de estrategia para abatir sus emisiones tóxicas y prevenir derrames, nada ha detallado la petrolera al respecto.
“La meta de reducir 25 por ciento los gases efecto invernadero hacia 2025, establecida en 2018 ha quedado olvidada y por el contrario, la emisión de dióxido de azufre y metano van al alza, por lo que en las próximas emisiones de bonos para amortizaciones se tendrá que negociar con inversionistas como los agrupados en Climate Action que se pusieron como objetivo que solo las empresas que tomen medidas contra el cambio climático puedan acceder a financiamiento en los mercados”, remarcó.
Ernesto O´Farrill, presidente de la comisión de análisis económico del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), mencionó que Pemex enfrenta una deuda insostenible y que para continuar accediendo a los mercados es necesario que envié señales claras de una modificación en su estrategia de negocios.
“Pemex vive una de sus etapas de mayor contaminación que puede obedecer a la reducción de sus inversiones en mantenimiento, lo que se refleja en fallas a su sistema de compresión para evitar fugas de emisiones tóxicas y falta de mantenimiento en seis refinerías, de las cuales las de Tula y Salina Cruz ocupan el cuarto y quinto lugar mundial entre las más contaminantes” dijo.
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