Andrea comenzó su emprendimiento hace 14 años cuando estaba en la universidad “comenzó en las ventas y cuando pude salir a la vida laboral, no me gustaba lo que había atrás, no me gustaba estar en un escritorio, conozco la estructura del sistema y está bien.
Es contadora de profesión y también estudió historia, pero al detectar que no estaba conforme decidió emprender. Para cuando llegó la pandemia, Andrea ya contaba con 11 años de experiencia en ventas y elaboración de joyería de plata recalcando que fue el mismo mercado quien la llevo a hacer sus propios diseños.
“Me convertí en diseñadora, obviamente no como las grandes marcas, ni los grandes nombres, pero por supuesto que empezamos a bajar machotes, a dibujar y si yo no hubiera tenido un equipo de trabajo que me permitiera hacerlo realidad, la verdad es que continuaría haciendo el diseño y una sola pieza”.
Actualmente Eternity cuenta con una red de emprendimiento en México y Estados Unidos “Hice un modelo de negocio, que nos permitiera a mayor número de mujeres iniciar su propio negocio de joyería y al mismo tiempo les capacito y empodero en diferentes áreas de la vida”.
Al preguntarle que representa para ella el desarrollo de Eternity, Andrea hace evidente su sorpresa al caer en cuenta de lo que conlleva “Ha sido un desarrollo personal increíble, creo que estamos ligados, tu negocio o tu profesión, es tu extensión, si como persona sigues creciendo y poniéndote en lugares que te generen incomodidad para crecer es increíble, al mismo tiempo he podido conectar muchas personas que me han ayudado a crecer a nivel personal y me han exigido para que el negocio crezca.”
El diseño emprendimiento surgió de forma empírica cuestión que conllevó un aprendizaje constante, El mercado me empujo, nunca me ha gustado decir que no y siempre tratando de cubrir la necesidad del cliente desde el corazón, sin romantizar el negocio, porque una joya representa un momento una esencia.
Esto me llevó a conocer y expandir desde mis proveedores, también fue empírico y el asociarme con artesanos que llevan muchos haciendo joyería; yo me sentaba con ellos y me decían como hacer las cosas, en la cuestión administrativa, aunque tenía una base la vida laboral es otra, la capacitación ha sido constante.
La digitalización del mercado actual ha hecho que Andrea se capacite para conocer qué hay detrás de un sitio web, para adaptarse al modelo de negocios digitales generando una red de distribución en línea.
“Nadie te enseña marketing, a gestionar un sitio web, el proceso creativo por lo que he tenido que poner atención a la parte artística y a la distribución sin perder la esencia que es que más mujeres conecten con nosotros”.
La visión de Eternity
Sus colecciones están inspiradas en experiencias personales y colectivo, las ideas van desde una colección de aliens, una canavica, de animales y desde luego su sello distintivo, las líneas personalizadas en las que el cliente forma parte del proceso de creación.
Andrea desea que cada una de las joyas que realicen, representen un momento en las vidas de sus clientes, sin descuidar su visión de posicionarse en zonas turísticas en México al tiempo de continuar con su expansión en Estados Unidos y Sudamérica “siempre con la intención de apoyar a las personas, la intención es usar una joya de pretexto para llegar a las personas desde el modo de emprendimiento para darles una capacitación que les brinde una visión diferente a la que hoy puedan estar ejerciendo”.
Consejos para emprendedores
Desde su experiencia Andrea deja un consejo para quienes empiezan a emprender sobre los gurús del tema, “El riesgo siempre va a existir y hay personas que no son éticas, creo que hay una sensibilidad, la intuición y algo más técnico es que no hay cosas mágicas, en 90 días no te puedes hacer millonario ni invertir un peso y ganarte 10, sino hay un trabajo o un esfuerzo de por medio que te permita generar ese ingreso, la inversión debe ser de tiempo, de dinero y capacitación, debe haber constancia en el trabajo. También creo que el emprendimiento no es para todo, hay que tener fortaleza para aprender a perder, pero entender que no hay recetas mágicas”.
Destaca la fortaleza emocional para soportar lo que conlleva el emprendimiento. “Es un año de prueba, hay que trabajar.”