Emprender en familia

En muy poco tiempo, la familia Delgado, horticultores de una localidad cercana a Ensenada, ha sabido construir una enérgica empresa de vinos.

Eduardo Delgado Albo/MD Vinos
Ciudad de México /

MD Vinos es una empresa familiar que produce vino; tenemos viñedos, exportamos y vendemos a nivel nacional; pero también queremos tener diferentes viñedos en el país y que la gente conozca nuestra historia”, resume Eduardo, fundador de este negocio, junto con su padre, Manuel Delgado.

Ubicados actualmente en el Valle de la Grulla, la familia desde hace mucho tiempo cultiva hortalizas y flores secas en el Ejido Uruapan otro distrito de Ensenada, empresa que mantienen en paralelo.
Los terrenos que ahora ocupan los viñedos, antiguamente estaban destinados a la siembra de eucaliptos; sin embargo, con la caída de las ventas, el padre de Eduardo comenzó a buscar otras alternativas. En 2006, gracias a una reunión con viticultores de la región, encontró en este negocio una gran oportunidad y ese mismo año adquirió y plantó tres variedades de vides del Valle de Santo Tomás: Cabernet Sauvignon, Syrah y Tempranillo. En la familia Delgado, atreverse a llevar a cabo nuevos proyectos comerciales no es nada nuevo.

“Mi papá desde que tenía 15 años o menos, trabajaba. Yo he tenido su ejemplo, siempre ha sido una persona emprendedora. Inició desde su carrito de hot-dogs, vendía ropa y de todo… Eso es lo que nos ha enseñado mi papá, cuando hay algo en que se puede hacer negocio, te tienes que arriesgar y empezar a hacerlo”.

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Aprendices de una nueva especialidad, recurrieron a Laura Zamora, una reconocida enóloga de la bodega Santo Tomás, para que los ayudara a producir los primeros vinos, y en esas bodegas realizaron las primeras vinificaciones. Instalados en un principio en Maneadero, donde la familia Delgado tiene la empresa de hortalizas, poco a poco fueron adquiriendo los tanques, la espalilladora y el resto del equipo. No fue sino hasta el 2012 que, en el Valle de la Grulla, lograron realizar el proceso completo. Ese mismo año, Eduardo se integró a MD Vinos, luego de terminar sus estudios en Negocios Internacionales y pasar un pequeño periodo dentro de la empresa de hortalizas.

Al año siguiente conocieron a Gerard, un enólogo del condado de Napa y con él han seguido desarrollando su propia línea de vinos. Con el tiempo, no sólo han adquirido autonomía sino también variedad. A las tres cepas cultivadas en un principio, se integraron otras cuatro: Petit Syrah, Merlot, Grenache y Nebbiolo, con lo cual lograron pasar de cinco etiquetas: dos varietales, dos mezclas y un vino blanco; a nueve: un vino rosado, uno blanco, tres mezclas y cuatro varietales.

Han logrado distribuir sus vinos en Baja California, Guanajuato, Guadalajara, Cancún, Ciudad de México y muy pronto en Los Cabos, desde el 2016 comenzaron a exportar sus vinos a San Diego. Con un diploma de Negocios Internacionales en mano, el objetivo de Eduardo es poder exportarlo al resto del mundo.

Las posibilidades y capacidades de la empresa son prometedoras; así, él afirma orgulloso “yo veo que va haber un mayor crecimiento; producimos 2,500 cajas pero vamos a aumentar a 5,000; de hecho en la vinícola podemos producir hasta 10,000 cajas; solo producimos un 15 % de lo que tenemos en uva y en tanques, porque nosotros vendemos mucha uva, la Syrah, que es nuestra uva insignia del Valle de la Grulla y de nuestra vinícola”.

Eduardo sabe que una parte del éxito de MD Vinos se debe al trabajo familiar: su hermano se ha integrado a la empresa agrícola, él dirige la empresa de vinos en colaboración con su padre y su madre participa en diversas labores de ambas iniciativas. La satisfacción es evidente en su rostro y en los planes que vislumbra para la empresa.

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