Ernesto Bertarelli, el millonario que brilla con biotecnología

Serono, nombre de la empresa que le heredó su padre, se enfocó en el desarrollo de bitecnología, el cual le permitió triplicar su fortuna en solo 10 años.

Su habilidad para hacer negocios lo ayudó a formar una de las empresas más grandes del mundo y a amasar un imperio de 8.5 mil mdd.
Cristina Ochoa
Ciudad de México /

¿Un empresario nace o se hace? Esta es sin duda una de las disyuntivas que más se plantean los emprendedores. En el caso de Ernesto Bertarelli, el hombre más rico de Suiza, se puede decir que su desempeño profesional es una combinación circustancial de ambas que lo ha llevado a conquistar el mundo de la biotecnología y amasar una fortuna de aproximadamente 8 mil 500 millones de dólares, de acuerdo con la revista Forbes.

Bertarelli nació el 22 de septiembre de 1965 en Roma (nacionalizado suizo), su padre Fabio trabajó algún tiempo en la empresa del sector farmacéutico conocida como Serono, que fuera fundada en 1906 en la misma ciudad en la que nació Ernesto, y la cual Fabio compró.

Desde pequeño la vida de Ernesto se fue forjando en torno al futuro de la empresa. Fue así que a los 10 años el pequeño italiano ya viajaba junto a su padre a sus primeras juntas de negocios, pues su progenitor buscaba que aprendiera rápidamente el manejo de su empresa.

Fiel al aprendizaje autodidacta Ernesto aprendió muy bien, por lo que ya a los 17 años elaboraba los presupuestos de la firma. Su padre, a sabiendas de que el futuro de la compañía familiar estaba en su joven hijo, lo impulsó para desarrollar sus estudios. Fue así que en 1984 ingresó al Babson College en Massachusetts para luego ingresar a la universidad de Harvard, donde obtuvo un máster en administración de empresas.

Para 1995, cuando volvió a Suiza con sus padres, Fabio le cedió alrededor de 80 por ciento de la gestión de Serono, un año después, Fabio Bertarelli falleció dejando a cargo del negocio al primogénito de 30 años, quien tendría un plan más ambicioso para la farmacéutica.

La biotecnología es el elemento con el que Ernesto logró triplicar los ingresos de la compañía hacia el año 2006, fue esa la visión que el amante de los veleros y competidor de la copa Louis Vuitton siguió por muchos años.

Serono creció gracias al descubrimiento de hormonas de fertilidad femenina que ayudarían a evitar problemáticas a la hora de embarazarse, además de tener avances importantes en el tratamiento de esclerosis múltiple y la deficiencia en la hormona del crecimiento.

En 2006, Bertarelli vendió sus acciones a Merck Egaa por 8 mil 600 millones de dólares, con lo que surgió Merck Serono. Luego de ello, el empresario decidió enfocarse en la Fundación Bertarelli, misma que se enfocó en la conservación de la biodiversidad marina e investigación científica.

En 2013 fundó el Campus Biotech, centro de neurociencia en Suiza que ha realizado investigaciones importantes en el ramo y que ocupa gran parte de su tiempo.

Impulso

La enseñanzas de su padre fueron piezas fundamentales para que Ernesto Bertarelli se convirtiera en todo un exporto de la industria farmacéutica.

Fortuna

Su habilidad para hacer negocios lo ayudó a formar una de las empresas más grandes del mundo y a amasar un imperio de 8.5 mil mdd.

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