El crecimiento del comercio electrónico tuvo como consecuencia la necesidad de establecer centros de distribución llamados de “última milla”, ubicados principalmente en la periferia de los grandes centros urbanos, como es el caso de Ciudad de México. La demanda por este tipo de ubicaciones se ha disparado y en general se prevé que continúe en ese ritmo por los próximos 18 meses, indicó CBRE.
De acuerdo con la empresa global de servicios inmobiliarios, esta tendencia se explica por el movimiento de reconversión y construcción de espacios que está viviendo el mercado, presente en Guadalajara, Monterrey, el Bajío, y ciudades del sureste como Mérida y Villahermosa.
Desde mayo del año pasado, el cambio tan acelerado en los hábitos de consumo derivado de la pandemia del covid-19 obligó a la industria del retail a ajustar radicalmente su estrategia de distribución y así llegar con mayor eficiencia a sus clientes.
CBRE indicó que en el caso de las empresas de retail que no se dedican específicamente a la venta en línea, o que por volumen no podrían rentar una nave completa, se asociarían con empresas de logística para que lleven a cabo el proceso de almacenamiento y entrega.
“El comercio electrónico llegó para quedarse, las tendencias de consumo cambiaron no sólo debido a la pandemia, sino que todas las empresas de retail tendrán que considerar un esquema de venta en línea”, comentó Francisco Muñoz, director de Industrial y Logística de CBRE.
Reconversión la clave al interior de las ciudades
Con respecto a la nueva dinámica en la distribución, el directivo señaló que los grandes almacenes y naves industriales que se encuentran en la periferia de las ciudades se mantendrán, y lo que se verá es una reconversión y adaptación de espacios al interior de las ciudades, esto debido a la escasez de tierra y la poca disponibilidad de inmuebles por lo que la opción por la que se inclinarán las empresas de retail y los desarrolladores será reconvertir ese espacio en centros de distribución de última milla cuyas dimensiones oscilarán entre los 4 y 10 mil metros cuadrados que podrán dividirse y ser ocupados por varias empresas según las necesidades de cada una.
En el caso de los centros de distribución de última milla, reiteró que su propósito no es almacenar sino desconcentrar y enviar el producto a su consumidor final, por lo que no se requiere que permanezca más de 24 horas.
En cuanto a la ubicación de estos, señaló que se busca que sea cerca de núcleos habitacionales y avenidas principales.
srgs