España se prepara ya para unos meses complicados respecto a la economía. Con la inflación que no para de crecer ya son muchos los españoles que han empezado a recortar sus gastos.
El costo de los carburantes, que crece día a día, ha provocado que el gobierno socialista de Pedro Sánchez finalmente haya reconocido que se vienen meses “muy complejos”, por lo que hay que estar preparados, según la ministra de Economía, Nadia Calviño.
Por ello, se reunió con el Consejo Asesor de Economía para analizar la coyuntura económica actual en un contexto marcado por la guerra en Ucrania y convocó otra reunión para mañana con los agentes sociales para volver a abordar el pacto de rentas.
“Tenemos que prepararnos y trabajar con un escenario de inflación más persistente y elevada, en el que los próximos trimestres van a ser complejos” para empresas y familias, advirtió Calviño.
El análisis de los datos macroeconómicos ya reflejan el impacto de la guerra en Ucrania, así como la intensa escalada de precios, que sitúa la inflación en niveles máximos desde hace casi 40 años.
Datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que el Índice de Precios de Consumo (IPC) disparó su tasa interanual en junio hasta 10.2 por ciento, su nivel más alto desde abril de 1985.
El cuadro macroeconómico del gobierno establece un crecimiento económico para 2022 del 4.3 por ciento, con la previsión de que la recuperación de los niveles prepandemia llegará en el primer trimestre de 2023.
Sin embargo, el comienzo de año para la economía española ha mostrado los primeros síntomas de parón económico tras el frenazo experimentado por el consumo de los hogares.
De acuerdo a los últimos datos de Contabilidad Nacional publicados por el INE, el PIB desaceleró su crecimiento trimestral dos puntos entre enero y marzo, hasta situarlo en 0.2 por ciento, una décima menos de lo esperado. Esto, sumado a las incertidumbres por la guerra, ha provocado que diferentes organismos nacionales e internacionales hayan recortado ya sus previsiones de crecimiento del PIB español.
Al respecto, la ministra de Economía subrayó la “importancia y conveniencia” de que los agentes sociales puedan acordar un pacto de rentas para proporcionar “confianza y estabilidad” a los trabajadores, empresas y el conjunto de la sociedad.
De hecho, es lo que el gobierno les pedirá en la reunión de mañana, en un gesto que intenta encauzar el diálogo entre empresas y sindicatos en el acuerdo bilateral que marca el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), roto por las cláusulas de revisión salarial, línea roja de los sindicatos y que rechazan de plano los empresarios en la situación actual.
Asimismo, Calviño reconoció que, junto a la energía, hay una creciente preocupación por parte de los expertos en cuanto a la subida de precios de los alimentos.
“La guerra nos hace a todos más pobres y es muy importante garantizar un reparto justo de su coste”, por lo que defendió las medidas del gobierno socialista, que “están permitiendo contener la inflación en 3,5 puntos porcentuales”, aseguró.
Más optimista es José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social, quien negó que se vaya a producir un periodo de recesión en España, ni por la guerra en Ucrania, ni por la elevada inflación. Lo que si admitió es que habrá un escenario de desaceleración en la economía, algo que no es privativo de España.
“En España, no (habrá recesión), porque el punto de partida es muy sólido por el efecto del plan de recuperación, los buenos datos del mercado laboral y la situación financiera general de empresas y familias”, que gozan de un gran embalsamiento de ahorro.
En cualquier caso, cuatro de cada 10 españoles ya está recortando sus gastos para hacer frente al alza de la inflación. Así lo dice el análisis realizado por la consultora Kantar. En concreto, 39 por ciento de los encuestados en España asume que ha hecho recortes en respuesta a la pregunta “¿Usted o su hogar han tenido que hacer o planean hacer algún cambio como resultado del aumento de los precios u otros problemas que le preocupan?”.
MRA