El agotamiento crónico, la falta de motivación y confianza sobre la capacidad de llevar a cabo alguna tarea y finalmente un bajo rendimiento personal y profesional que se traduce en la incapacidad de lograr cualquier objetivo son algunos de los síntomas del llamado síndrome de desgaste profesional o síndrome del Burnout, un padecimiento derivado del estrés que cada vez afecta a un mayor número de personas en todo el mundo.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, el estrés laboral constituye un serio problema a nivel social y económico, ya que perjudica la salud del trabajador y disminuye la productividad de las empresas, haciéndolas menos competitivas. Esto se traduce en una impacto económica que se estima puede causar pérdidas de entre el 0.5% y el 3.5% del PIB de los países.
Por otro lado, la Secretaria de Salud menciona que el estrés laboral también tiene serias afectaciones en la salud de las personas tanto a nivel físico como emocional, permeando de manera negativa en el desempeño de sus funciones y en su relación familiar.
“Fomentar una cultura de bienestar y equilibrio profesional y personal debe ser un tema prioritario de responsabilidad social para las empresas, ya que esto se verá reflejado en el estado de salud de los colaboradores, permitiendo que tengan un mejor desempeño en todos los aspectos de su vida y disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades derivadas del estrés”, asegura GNP.
Entre los principales problemas de salud derivados del estrés laboral se encuentran los dolores de cabeza intensos y constantes, trastornos estomacales como gastritis y colitis, enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño y dificultad para concentrarse, además por supuesto de mal humor, bajo estado de ánimo, depresión y/o ansiedad.