El próximo 1 de abril será la segunda etapa de la implementación del nuevo etiquetado frontal de advertencia para alimentos y bebidas procesados, con lo que se prohibirá hacer uso de personajes, dibujos animados y promociones dirigidas a niños, una implementación que diversos especialistas aplaudieron.
En el marco del foro “El daño de la publicidad de ultraprocesados en niñas y niños”, la Dra. Jennifer Harris compartió los resultados de un estudio de 880 campañas publicitarias el cual demostró que los anuncios más efectivos fueron aquellos que apelan a las emociones y que contienen poco o nulo contenido racional, dejando claro que la publicidad no tiene la intención de informar a los consumidores, si no de aprovecharse de ellos y engancharlos a través del contenido emocional, una estrategia muy efectiva en los niños.
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Aseguró que el disfrute de un anuncio aumenta las asociaciones positivas, afectando las actitudes y percepciones de niñas, niños y/o adolescentes sobre un producto o marca, pero difícilmente este grupo de población podría reconocer a la publicidad como un mensaje que intenta influir en sus decisiones.
“A nivel mundial cantidades masivas de publicidad de comida malsana dirigida a los niños amenaza su salud y se aprovecha de las vulnerabilidades del desarrollo. Las empresas de alimentos han prometido motivar elecciones más saludables con el marketing dirigido a la infancia, pero la autorregulación de la industria ha fallado consistentemente en hacer una diferencia. Los gobiernos deben promulgar regulaciones para proteger a los niños de las prácticas dañinas y depredadoras de la publicidad de comida”, dijo.
Un estudio reciente realizado en 22 países reveló que en México por cada anuncio de alimentos saludables en televisión había cinco que promocionaban alimentos con alto contenido de grasas, azúcar y sal, una proporción de anuncios para alimentos no saludables más alta que el promedio de los países analizados. Asimismo, los productos mayormente publicitados en la televisión mexicana corresponden a la categoría de bebidas que incluye refrescos y aguas de sabor, seguido por yogures y cereales para el desayuno.
Se estima que alrededor de 26 por ciento entró de los programas con mayor audiencia infantil utilizan publicidad en su contenido; 41 por ciento de ellos fue para bebidas azucaradas.
“Hay avances relevantes en la acumulación de evidencia independiente que indica que la publicidad de alimentos y bebidas afecta las preferencias, las solicitudes de compras y las dietas de niñas, niños y adolescentes. Pese a ello, la implementación de las recomendaciones internacionales para su regulación en los países ha sido lenta y si bien México avanzó regulando publicidad en ciertos horarios de televisión y en el cine, aún resta mucho por regular para realmente proteger a este grupo poblacional”, dijo Fiorella Espinosa, oficial de Nutrición para Entornos Saludables.
lvm