Tras la pandemia, las cadenas de suministro industrial han cambiado y también modificó las reglas de la competencia en la industria de la moda, por este motivo las marcas de ropa deben expandir aún más su relación con proveedores para tener éxito, de acuerdo al último estudio realizado por la consultora Mckinsey and company.
En su reporte llamado “Las marcas de ropa finalmente adoptan relaciones más estrechas con sus proveedores”, la firma expuso que en primer lugar, la cadena de valor enfrenta una mayor presión debido a las fluctuaciones de la demanda que han empujado a las marcas a reducir o cancelar pedidos, así como a las interrupciones logísticas.
En segundo lugar, fuerzas externas como la regulación y los nuevos participantes en el mercado están restableciendo los estándares de velocidad, sostenibilidad y digitalización de la industria.
“Desde hace algún tiempo, las marcas de ropa han indicado planes para avanzar hacia relaciones más profundas con los proveedores. Por ejemplo, en 2017, el 81 por ciento de las marcas incluyeron la 'colaboración y el desarrollo de proveedores' entre sus tres principales prioridades”.
“La encuesta de este año encontró que las relaciones más profundas (incluidos compromisos de volumen a largo plazo, planes estratégicos compartidos de tres a cinco años y asociaciones de colaboración) representan el 43 por ciento de la base total de proveedores de prendas de vestir, frente al 26 por ciento en 2019”, reveló la firma.
Dijo que la industria textil se ha caracterizado tradicionalmente por una colaboración limitada con los proveedores y pocas relaciones estratégicas a largo plazo en comparación con otras industrias. Esta dinámica se debe a que la indumentaria tiene una base de proveedores fragmentada y las marcas persiguen costos de producción bajos en diferentes regiones.
“Durante varios años, la industria ha reconocido que la dinámica del mercado exige un enfoque más estratégico en sus relaciones con los proveedores. La encuesta de McKinsey de este año entre directores de compras (CPO) de indumentaria revela que, por primera vez, realmente están tomando medidas”, remarcó.
Más de 80 por ciento de las grandes empresas han forjado algún tipo de asociación estratégica con sus proveedores, mientras que las pequeñas y medianas empresas adoptan un enfoque más transaccional.
Curiosamente, sólo uno por ciento de los encuestados realiza inversiones compartidas, una estrategia que se espera que siga siendo limitada en el futuro previsible a medida que las marcas se centran principalmente en compartir planes estratégicos y establecer compromisos de volumen a largo plazo.
PMA