Sean mexicanos o extranjeros. Rarámuris, oaxaqueños, hindúes, egipcios o rusos; personas de distintas razas con distintos credos y vestimentas. No hay diferencia. En la expo comercial y cultural Tlaqueparte se respira una combinación de culturas, de naciones, de razas poco frecuentes en La Laguna. Tradiciones multicolores que huelen a incienso; a pan recién horneado, a rompope, a raíces culturales hasta las más místicas tradiciones culturales.
Así son los pasillos que conducen a los diferentes stands en Tlaqueparte. En uno de ellos, resultó difícil no enfocar la mirada a un par de religiosas que muy activas, atendían con esmero a los visitantes. Se trataba de Sor Nadia González y Sor Carmen Vázquez, de la orden religiosa de las Hermanas Clarisas Franciscanas.
“Vendemos galletas surtidas, rompope, rosarios, herbolaria, gotitas medicinales. Todo lo que son artículos religiosos y aquellos que permiten la celebración de la Eucaristía, como ornamentos, purificadores, las palias, hasta tamales por pedido”.
Sor Nadia explicó: “Nosotras siendo hermanas Clarisas Franciscanas, profesamos dentro del voto de pobreza, nos enfocamos a mantenernos con nuestro trabajo, es parte de la pobreza; trabajar y tener sustento pero con nuestras manos, que ofrecemos a las personas, pero se lo mostramos lo que hacemos a la gente”.
Sor Carmen precisa que el principal carisma que tienen, es la vida de oración, al llevar una vida contemplativa y de oración frente Santísimo Sacramento en la capilla, siendo un total de diez hermanas las que participan en la elaboración de estos productos y la labor con la comunidad
Los rarámuris: De la sierra de Chihuahua a La Laguna
Algo tímidas en su carácter, Matiana y Martina visten las prendas típicas de las mujeres procedentes de la Sierra Tarahumara en Chihuahua, de comunidades como Creel, pertenecientes a la organización Cedain (Centro de Desarrollo Alternativo Integral). Elaboran tortilleros, servilleteros bolsas, hacen envasados de nopal, jabones, cremas, trajes típicos entre otras artesanías.
Matiana Garcia y Martina, señalan que son más de mil los artesanos los que participan en la elaboración de productos a lo largo de varios años, originarios de comunidades como Norogachi, San José del Pinal, Guajurana, entre otras, participando en ferias y exposiciones como Tlaqueparte.
Desde su punto de vista, Matiana ve la cultura rarámuri como se mantiene la tradición que les transmitieron sus antepasados; asegura mientras muestra su vestido multicolor de algodón hecho a mano elaborado por ellos mismos.
Estambul, Turquía
Son años visitando Torreón por medio de Tlaqueparte. De carácter alegre y mirada profunda, Sinan Cicek, nació en el místico país de Turquía: “Tenemos teteros, café turco, especias, dulces, joyería y otros accesorios”, comentó Sinan con su fluido español que ha aprendido luego de radicar en México alrededor de ocho años.
“Mucha gente está preguntando por las artesanías porque ven las telenovelas turcas y ha crecido el interés por la cultura de nuestro país, los mexicanos si valoran nuestro trabajo, el país es muy especial, se interesan mucho por nuestra cultura”, aseguró.
Según señala, por la pandemia, dejó de haber eventos presenciales e incursionaron en la venta en línea, lo que les ayudó a abrir otros mercados, ya que todos los recintos estaban cerrados, tal y como pasó con sus dos tiendas que tienen en Guadalajara, que estuvieron cerradas varios meses.
“Tenemos ocho años de presencia en México, la gente es muy amable. El clima, la costumbre y la comida es distinta a la turca. Turquía es un país que debe ser visitado, es historia y modernidad”, aseguró.
Las matrioskas rusas
La vida de Karime Galstvan en México ha sido muy feliz, luego que hace 30 años llegó procedente de la antigua Unión Soviética. Nacida en la región de Armenia, Karime aún conserva su acento ruso y más aún, las tradiciones de esta cultura que muestra a través de sus artesanías.
“Tenemos las tradicionales muñecas de maderas pintadas a mano Matrushkas, escudos de Rusia y de la Unión Soviética, joyería con ambar ruso, gorros, huevos fabergé, en fin muchas cosas”, aseguró en tono algo apresurado por la afluencia de clientes. Con la esperanza de tener una buena venta en Torreón, aseguró que tiene ya más de diez años de participar en este tipo de eventos multiculturales, donde sí tiene la oportunidad de convivir con otros compañeros de distintos países.
La multiculturalidad no se muestra únicamente en objetos o artesanías, la música o la gastronomía. Son tradiciones de vida, son velos de mujeres con el rostro cubierto y faldas largas. Es la mujer a sus tradiciones que le impiden mostrar su cara ante una cámara fotográfica y del hombre para defender esas costumbres. Es la experiencia que permite la convivencia armónica en medio de la diversidad cultural.
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