José María Garza Ponce falleció ayer por la mañana a la edad de 91 años por causas naturales.
El fundador de la constructora Garza Ponce, un icono de la industria de la construcción en la entidad, nació el 3 de enero de 1929 en Monterrey, estudió ingeniería civil en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Siempre supo que se dedicaría a la edificación; a muy temprana edad conoció los detalles de la construcción. A los 17 años tuvo su primer empleo con el ingeniero militar J. F. Woodyard, como lo que entonces se llamaba “tomador de tiempo” (pagador).
Según consta en el Diccionario Biográfico Constructores de Monterrey que editó la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) delegación Nuevo León, el empresario conservó un regalo que le hizo su mentor, el primer “teodolito” que usó a los 18 años para hacer trazos o mediciones.
Su vocación lo llamó a practicar la docencia desde 1949 a 1957 en Bachilleres. Posteriormente, impartió los cursos de Resistencia de Materiales y Cálculo Gráfico en la Facultad de Ingeniería Civil de la UANL.
El 12 de febrero de 1956 contrajo matrimonio con Norma Treviño Valdez, con quien formó una familia de 6 hijos, de los cuales vio nacer a 21 nietos y 9 bisnietos.
En 1966 fundó la constructora Garza Ponce, su primera obra fue la Central de Abastos de Monterrey, en 1968. En la década de 1970 incursionó en la construcción de vivienda, división que hoy representa el 50 por ciento de los ingresos consolidados del grupo.
A Garza Ponce se le recordará no solo por los grandes edificios, vialidades y pasos a desnivel, sino por algo que siempre le enorgulleció, el haber construido viviendas para los trabajadores de las empresas: Alfa y Femsa.
Ya en la época moderna construyó el Puente Atirantado, trabajó en el Metro y el estadio BBVA de los Rayados de Monterrey, entre otras.
Destacó como presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) delegación Nuevo León, en el periodo de 1970 a 1971, y a partir de ahí formó parte del comité directivo y consultivo.
En diciembre pasado, la CMIC Nuevo León le rindió un homenaje y le otorgó el reconocimiento de “Cimientos en Infraestructura” por su trayectoria.
Los restos del empresario serán velados en Valle de la Paz y los servicios funerarios serán privados. Al empresario le sobreviven sus hijos José María, Adolfo, Carlos, Norma y Mónica Garza Treviño, así como nietos y bisnietos.