La junta de accionistas de la constructora Ferrovial aprobó el traslado de la compañía a Países Bajos. La operación supondrá que la filial que engloba el negocio internacional, Ferrovial International, con sede en Países Bajos, absorberá a la sociedad matriz del grupo, que está radicada en España.
Lo hace con el argumento formal de que la mayor parte del negocio lo genera en el extranjero y “no por motivos fiscales”. Aunque, en su momento, el grupo ha expuesto ante los inversores que se va a ese país por tener “un marco jurídico estable” en el plano legal y de estabilidad para el negocio; y una “calificación crediticia AAA”, esto es, la máxima nota posible en el termómetro que manejan los grandes fondos de inversión.
Antes de la votación, en la que 77 por ciento de los accionistas dio luz verde a dicho traslado, el presidente del grupo, Rafael del Pino, defendió esta operación como la mejor para los intereses de la corporación. Aunque también para España, y aclaró en su discurso que la empresa “no persigue ninguna ventaja fiscal” por trasladarse a los Países Bajos.
El tercer hombre más rico de España insistió en que hay “una existencia de motivos económicos válidos”, y recordó ante sus accionistas que Ferrovial seguirá siendo española.
Indicó que el cambio de sede de Madrid a Amsterdam “es la mejor contribución que esta empresa puede hacer a la sociedad donde estamos presentes”. De hecho, ha insistido en que el grupo seguirá operando en España, “mantendremos el empleo” y “seguiremos contribuyendo fiscalmente” a la Hacienda nacional, como hasta ahora.
El traslado de la sede social supone una de las grandes decisiones que cualquier empresa pueden llevar a cabo y supone un punto de confianza de la compañía al destino jurídico al que se dirigen.
Así ocurrió, por ejemplo, cuando varias grandes compañías trasladaron su sede social desde Barcelona a otras ciudades, como Madrid o Valencia, tras el proceso independentista del 2017.
Formalmente, el órgano ejecutivo, presidido por Rafael del Pinohizo la propuesta el mes pasado al indicar que 82 por ciento de sus ingresos y 96 por ciento de su valor bursátil se encuentra en el exterior. Para realizar ese traslado, el consejo propuso una fusión entre la matriz y Ferrovial International, sociedad anónima europea neerlandesa que es titular del 86 por ciento de los activos de la compañía.
El objetivo formal de Ferrovial, que ha ganado 186 millones de euros en 2022 (84 por ciento menos) pasa por cotizar en Países Bajos y, en un momento posterior, dar el salto al parqué de Estados Unidos.
El grupo había insistido en que quiere “aprovechar la internacionalización, una enorme ventaja de estar en ambos países”, explican fuentes de la firma, que apuntan al objetivo final de cotizar en la primera potencia económica mundial. Aunque este paso “no será tan inmediato”, se aclaró.
Entre las modificaciones que supondrá el cambio de domicilio se encuentra la relacionada con la tributación. Al trasladar la sede social a Países Bajos, Ferrovial dejará de pagar los impuestos que hasta ahora liquidaba ante la Hacienda española, aunque el grupo aclara que no tendrá un «impacto fiscal relevante» ya que supondrá entre 1 por ciento y 1.5 por ciento del pago anual.
Los últimos datos disponibles indican que Ferrovial tiene 15 trabajadores en Países Bajos y una mínima parte de sus ingresos proceden de ese territorio.
No obstante, la histórica empresa de infraestructuras insiste en que sus sociedades españolas (las dedicadas a la construcción o a las autopistas) “continuarán” en la misma situación que hasta ahora, sin vislumbrar ningún impacto en materia de empleo. Tampoco condicionará -subrayaron- los planes de inversión en España.
Para la corporación, cambiar la sede social a Países Bajos y cotizar en el mercado de ese país supone “un atractivo” de cara a los inversores internacionales, al tratarse de un país con calificación crediticia máxima, “mejores condiciones de financiación” y “mejor valoración” inversora.
Las críticas del gobierno
El caso llegó hasta las altas esferas, tras conocer en febrero el anuncio de Ferrovial, el propio presidente del gobierno, Pedro Sánchez, criticó duramente a Rafael del Pino asegurando que “en España hay ejemplos extraordinariamente positivos de grandes empresarios comprometidos con su país, pero desde luego, tras este anuncio, creo que no es el caso del señor Del Pino”.
Apenas el lunes, el Secretario de Estado de Economía, Gonzalo García, remitió una carta a Ferrovial en la que le dijo que no hay razones técnicamente económicas y objetivas para tener que trasladar su sede social a Países Bajos, como anunció la constructora hace un mes, para poder cotizar en Estados Unidos.
La carta remitida por el número dos de la vicepresidenta de gobierno y responsable de Nadia Calviño apuntó que no se ha identificado ningún obstáculo de tipo legislativo, reglamentario, supervisor o de operativa, ni hay indicios de ello, para que las acciones de una compañía española cotizada, como Ferrovial, puedan ser admitidas a negociación directa en Estados Unidos. Esa es una de las razones alegadas por la constructora para iniciar el trámite de su traslado a Países Bajos, cuyos convenios con ese país son mucho más flexibles a la hora de dar ese salto.
El gobierno de Pedro Sánchez llegó a estas conclusiones, entre otras cosas, en base a los análisis realizados en estas últimas semanas por el supervisor bursátil, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y el operador en España, la compañía Bolsas y Mercados (BME).
De inmediato Ferrovial respondió que las razones económicas que motivan su traslado social a Países Bajos son “sobradas y conocidas” e insistió en que no hay ventajas ni desventajas fiscales ni para la sociedad ni los accionistas con esta operación.
Algunas de las razones de la marcha de Ferrovial
En el documento del proyecto común de fusión entre Ferrovial y su filial neerlandesa Ferrovial International, que la compañía ha publicado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) apenas dos días después de anunciar esta operación consta que, en cuanto a las razones para realizar este traslado, destaca que:
- Mejorará las condiciones de financiación, al contar Países Bajos con “solidez financiera y estabilidad”, algo que dota de menor volatilidad a sus costes de financiación debido a una prima de riesgo “más estable en comparación con otros países europeos”.
“Esa menor volatilidad debería traducirse en que, en el futuro, se reduzcan los costes de financiación en las emisiones de deuda de la compañía y, a la larga, también en mejoras en el coste total de capital”, asegura.
- Mayor proyección internacional y notoriedad para inversores de todo el mundo.
- Países Bajos servirá como una “plataforma óptima” para cotizar en Estados Unidos, uno de sus principales mercados. “Las acciones de una sociedad española cotizada en España solamente pueden negociarse en los Estados Unidos a través de American Depositary Receipts u otras fórmulas indirectas que no son elegibles para acceder a los índices bursátiles estadounidenses”, explica.
Fuentes de la casa presidencial de La Moncloa señalaron en un inicio que los motivos de seguridad jurídica, ahorro de costes financieros y expansión internacional que ha dado la compañía son “ridículos”.
Apuntaron que detrás de esta decisión está la búsqueda de la familia Del Pino de pagar menos impuestos, no solo como empresa, sino también personalmente, porque esa menor presión fiscal es en lo único que admiten que Países Bajos se sitúa por delante de España.
Con un patrimonio que supera los 3 mil 800 millones de euros, Rafael del Pino Calvo-Sotelo es la tercera fortuna del país y desde hace más de 20 años presidente de Ferrovial, fundada en 1952.
MRA