Derivado del crecimiento de las ciudades y la relocalización de empresas que se ha registrado en los últimos meses, fenómenos llamado nearshoring, los fideicomisos de inversión en bienes ya representan más de 4 por ciento estimado de la renta variable nacional, así como el 4.5 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional, con más de 27 mil millones de pesos.
Así lo dio a conocer, Josefina Moisés, directora general de Asociación Mexicana de Fibras Inmobiliarias (Amefibra), quien añadió que este nuevo modelo de inversión ha hecho posible el desarrollo de proyectos inmobiliarios de gran escala.
“Actualmente en nuestro país existen 16 fibras inmobiliarias destinadas a recabar y distribuir dividendos de las rentas de diversos sectores, tales como industrial, oficinas, centros comerciales, hoteles, educativo, auto almacenamiento e incluso en el sector agropecuario”, señaló.
Moisés afirmó que aunque de acuerdo con especialistas, el espacio entre algunas de estas empresas se redujo por la venta de activos en ese segmento inmobiliario, la realidad es que con el boom del nearshoring el área bruta rentable (ABR) de parques, naves y edificios industriales va en aumento.
La oportunidad de crecimiento y la atracción de empresas extranjeras, principalmente de origen asiático, es exponencial. La mayoría de las fibras industriales tienen ubicaciones diversificadas en la zona norte del país, cerca de la frontera con Estados Unidos, indicó.
Josefina Moisés, directora general de Amefibra, informó que del primer trimestre de 2022 al mismo periodo de este año, los fibras se extendieron cerca de un millón de metros cuadrados (m²) de área bruta rentable (ABR) industrial, de acuerdo con sus reportes financieros en las bolsas de valores.
También podemos ver que de enero a marzo de este año, los fibras reportaron un total de 18.8 millones de m² de ABR, en contraste a los cerca de 17.9 millones de m² de espacio rentable del primer trimestre del 2022, lo que representa un aumento de 5.16 por ciento que equivale a 923 mil 156 metros cuadrados, indicó.
La directiva comentó que Fibra MTY, por ejemplo, duplicó su portafolio en un año, al pasar de 35 inmuebles a 78; su área rentable creció a casi 1.4 millones de m², de 591 mil 986 m² que poseía, creció un equivalente a 132 por ciento.
“Este fideicomiso realizó en marzo de este año, su segunda adquisición inmobiliaria industrial más grande del país, con una inversión de 662 millones de dólares al comprar a Finsa, un desarrollador de bienes raíces industriales, su portafolio Zeus de 46 inmuebles y un total de 822,052 metros cuadrados de espacio rentable”, recordó.
Por su parte, Fibra Uno (Funo), considerado el fideicomiso inmobiliario más grande de América latina, que cuenta con un total de 10 millones 990 mil m² de ABR, reportó una aumento en sus propiedades del segmento industrial para el primer cuatrimestre de 2023 con más de 6 millones de m² de ABR, en comparación a los 3.4 millones que reportó a fines del 2022, indicó.
Por otra parte, Josefina Moisés, directora general de Amefibra, afirmó que es una realidad que la mayoría de las fibra industriales tienen ubicaciones diversificadas en la zona norte, centro y el bajío de México.
Ahora, los retos y expectativas son seguir urbanizando las nuevas zonas que se están generando así como las existentes, con mayor infraestructura y servicios que integren a las comunidades, indicó.
PMA/AMP