La semana pasada, a medida que se acercaba la mayor temporada de compras del año, Amazon tuvo una pelea muy pública con Visa. Envió un correo electrónico a los clientes del Reino Unido para decirles que tiene previsto dejar de aceptar las tarjetas de crédito de la marca Visa y ofrecerles 20 libras de descuento en su próxima compra si cambian de método de pago.
Este es el tercer ataque reciente de Amazon al negocio global de transferencias de fondos; también aplicó recargos a las transacciones con Visa en Singapur y Australia. La disputa podría extenderse ya que las empresas renegocian su acuerdo global sobre las comisiones y su tarjeta de crédito de marca compartida en Estados Unidos (EU).
Se trata de un choque entre dos titanes acostumbrados a salirse con la suya. Amazon está arrasando en la economía mundial, mientras que Visa y su rival Mastercard registran sistemáticamente algunos de los mayores márgenes de utilidades del S&P 500.
Pero la disputa también pone de manifiesto el hecho de que la rápida expansión del comercio electrónico cambió la forma en que la gente paga por los bienes y servicios, lo que plantea preguntas fundamentales sobre quién se beneficia del proceso. Las sumas en juego aumentaron considerablemente debido a que las repercusiones de la pandemia impulsaron las tarjetas a más del 80 por ciento de las transacciones en el Reino Unido.
En la actualidad, el sistema de pagos con tarjeta es opaco y desigual. Cuando un cliente utiliza una tarjeta, el comerciante paga una comisión que puede ascender al 2 o 3 por ciento de la transacción. Una tarifa de “adquiriente” va a la empresa de pagos que vincula al comerciante con la red, una comisión de “intercambio” va al banco que emitió la tarjeta de crédito, y Visa o Mastercard se quedan con el resto.
Los grandes minoristas tienen más poder para exigir acuerdos a medida con tarifas más bajas, lo que explica lo que está ocurriendo ahora. Amazon argumenta que está tratando de ofrecer a los clientes alternativas de pago más rápidas y baratas y reducir los cargos en la red de Visa.
El Dato...3 por ciento
De la comisión la paga en promedio el comerciante
Pero la prohibición a las tarjetas de crédito en el Reino Unido por parte de la empresa parece ser una táctica de negociación más que un golpe para las opciones del consumidor o del comerciante. Afecta a una sección del mercado en la que Visa tiene una participación relativamente pequeña, por lo que minimiza el impacto en las ventas de Amazon, al tiempo que maximiza la presión sobre Visa para que ofrezca mejores condiciones.
Visa dice que se gana la vida manteniendo una red global que hace que las transacciones sean instantáneas, reduce el fraude y evita que los comerciantes tengan que lidiar con clientes que no pagan. Y sus tarifas en el Reino Unido no son más altas que las de Mastercard.
Ambas redes argumentan que los comercios que no valoran sus servicios siempre pueden rechazar las tarjetas. Eso es un poco osado, teniendo en cuenta el terrible estado del sector minorista y la disminución del uso del efectivo. Algunos comercios se niegan a aceptar American Express, que tiene tasas aún más altas, pero tiene aproximadamente una décima parte del número de usuarios mundiales de las otras dos.
Hay una desigualdad adicional incorporada a este sistema. Los bancos emisores utilizan parte de la comisión de intercambio para ofrecer recompensas o devoluciones de dinero a clientes valiosos. Esto significa que los comercios más pequeños y los clientes ordinarios acaban subsidiando los programas de recompensa para los titulares de tarjetas ricos y con más comprensión de su manejo.
El aumento de otros pagos que no son en efectivo podría alterar este acogedor ecosistema, pero todavía no está claro a quién beneficiará. Amazon empezará pronto a aceptar pagos a través de la aplicación digital estadunidense Venmo, así como transferencias bancarias en Polonia y planes de pago a plazos en Alemania. Está bien posicionado para empezar a alejar a los clientes de las redes de tarjetas de crédito y débito por completo. El aumento del uso de aplicaciones de pago, como Apple Pay, también supone una amenaza para las redes, ya que los clientes pueden prescindir de llevar una tarjeta física y conectarse directamente a sus cuentas bancarias.
Pero no hay que descartar a Visa y Mastercard, que también están luchando por integrarse en estos procesos digitales. Visa ha estado promocionando su “red de redes”, mientras que Mastercard compró varias compañías especializadas en transferencias bancarias y banca abierta. Es posible que esto beneficie a los pequeños comerciantes y compradores, pero no apuesten por ello.
srgs