Ray Dalio, el fundador de un fondo de cobertura, presentó en una publicación reciente de 7 mil palabras en un blog las razones por las que cree que un perjudicial “cambio de paradigma” podría ocurrir pronto en los mercados globales.
“Creo que a la vez se reduce el riesgo y se mejoran los rendimientos al considerar agregar oro a la cartera de uno”, fue su sombría conclusión.
La falta de confianza en el sistema monetario mundial, como expuso Dalio, es apenas una de las razones detrás del repunte del oro este año, que llevó sus precios a un máximo de seis años.
Pero los inversionistas que buscan tener el metal precioso de color amarillo favorecen cada vez más a los fondos de materias primas cotizadas en bolsa (ETC, por Exchange Traded Commodity) en lugar de tener una propiedad física directa como medio de exposición. La alta liquidez y los costos relativamente bajos de ese tipo de fondos los vuelve ideales para los gestores de dinero que buscan reducir el riesgo de sus carteras.
“A los mercados bursátiles mundiales les va bien, pero la guerra comercial en curso significa que no están totalmente dispuestos al riesgo”, dice Colin Hamilton, director de investigación de materias primas de BMO Capital Markets.
“Los gestores de fondos tienen más capital y el oro es un refugio natural; los ETF de oro le proporcionan seguridad a los inversores sin las preocupaciones de la administración o la producción minera que conlleva una inversión de capital”.
Los productos de oro cotizados en bolsa tienen otras propiedades que atraen a los inversores. Los productos cotizados en bolsa de metales preciosos suelen tener un respaldo físico, es decir, tienen el respaldo de barras de metales preciosos en una bóveda, y los fondos tienen la capacidad de recibir entregas de lingotes si lo desean.
“Para los inversionistas que consideran al oro como una superposición de riesgos, existe un atractivo en saber que lo que poseen representa un interés en un fondo cuyos activos incluyen metal físico”, dice el estratega de materias primas Christopher Louney de RBC Capital Markets.
Los flujos de metales preciosos que cotizan en bolsa fueron de 9 mil 700 millones de dólares (mdd) en junio, el más alto desde 2016, y la mayor parte se destinó al oro, de acuerdo con los datos de RBC. Esto conduce a los activos totales bajo gestión para materias primas cotizadas en bolsa a 135 mil mdd, con más de cuatro quintas partes asignadas a metales preciosos.
Sin embargo, la exposición directa a los metales subyacentes no es garantía de un rendimiento superior en relación con las acciones de grupos mineros durante los tiempos de agitación del mercado.
Un análisis reciente de Bernstein encontró que los grupos mineros BHP, Rio Tinto y Antofagasta tuvieron un desempeño superior en el precio del cobre en los últimos 10 años.
Mientras tanto, los datos del mercado de Reino Unido respaldan lo que dice Hamilton sobre el riesgo asociado con los valores de oro: una inversión en oro físico en la última década habría logrado un rendimiento de 52 por ciento, mientras que el rendimiento del FTSE All Share Gold Miners fue solamente de 7 por ciento, incluyendo dividendos, en términos de dólares.
Los inversionistas no solo se apresuran a ingresar a los fondos de oro establecidos: los proveedores abren nuevos fondos en un intento por capturar las crecientes asignaciones de oro de los gestores. Esa competencia, a su vez, reduce los costos para los inversionistas.
Tensión comercial impulsa precio
Los precios del oro se fortalecieron y están cerca de máximos de seis años como consecuencia de la mayor tensión comercial entre Estados Unidos y China, que ha amenazado al crecimiento económico global.
Amundi, el proveedor de índices con sede en París, lanzó un vehículo ETC de oro con respaldo físico para Europa a principios de este mes, con una relación de gastos totales de 0.19 por ciento.