Con los cantos de “la mota legal eleva la moral” y el espectáculo de un legislador rolando un churro, la cámara baja del Congreso de México aprobó este mes una legislación de gran alcance sobre la mariguana. La medida, que se espera que el presidente Andrés Manuel López Obrador promulgue en ley en un mes, permitirá a los mexicanos cultivar varias plantas de mariguana en su casa, comprar cannabis a vendedores autorizados y poseer hasta 28 gramos para uso recreativo.
Es probable que las consecuencias se sientan más allá de las fronteras de México. Estados Unidos, el arquitecto de la guerra mundial contra las drogas, se encuentra en medio de dos vecinos que legalizan la mariguana (Canadá la despenalizó en 2018). Más de una docena de estados de EU ya permiten el uso recreativo de la droga y el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, se comprometió a impulsar una ley este año para poner fin a la prohibición federal de la planta.
Los defensores de la mariguana legal, que incluyen a varios antiguos jefes de gobierno, afirman que hay un bajo riesgo de daño de la droga y citan los beneficios de arrebatar el comercio de las garras de los cárteles ilegales: las oportunidades para la regulación, el control de la calidad y los impuestos, así como liberar a la policía para otras prioridades de aplicación de la ley. El ex presidente mexicano y franco partidario de la legislación Vicente Fox predica con el ejemplo y se unió al consejo de administración de una compañía canadiense colombiana de cannabis medicinal.
Los opositores argumentan que los riesgos para la salud del uso habitual de la mariguana se subestimaron. Consideran que hay peligros en la legislación que conducirá a un aumento en la adicción y que la droga funcione como una puerta de entrada para otros narcóticos más potentes e ilegales. Una mayoría de los mexicanos parecen compartir esas opiniones; de acuerdo con una encuesta reciente, 58 por ciento se opone a la legalización.
Independientemente de los puntos a favor y en contra de la medida de la mariguana en México, los expertos coinciden en que es poco probable que afecte el enorme poder de los cárteles del narcotráfico o su propensión a la espantosa violencia. El país pagó un precio terrible por su ubicación como punto clave de envío de drogas que ingresan al lucrativo mercado estadunidense, con más de 300 mil homicidios desde 2006, muchos de ellos relacionados con narcóticos.
Aunque la mariguana era el cultivo ilegal original preferido por los narcotraficantes mexicanos, en los últimos años llevaron a cabo una amplia diversificación hacia drogas más nuevas, más letales y más rentables, como el opioide sintético fentanilo. Muchas veces más potente que la heroína, el fentanilo se puede producir de forma económica y sencilla utilizando precursores químicos de Asia y luego pasar de contrabando a través de la frontera. Los decomisos de fentanilo registraron un aumento de 486 por ciento el año pasado en México, y los decomisos de otras drogas duras como la cocaína y la heroína también aumentaron drásticamente.
La mariguana legal puede elevar la moral de algunos, pero el efecto en el tráfico ilegal de drogas (como el que se tiene en mente) es probable que sea transitorio.
73,600 Millones de dólares es el valor que puede alcanzar el mercado global de la mariguana legal para 2027, según un reporte de Grand View Research.
27,000 Toneladas anuales puede alcanzar la producción de mariguana en México, de acuerdo con el Instituto RIA, que investiga la política de drogas en esa nación.
114,000 Hectáreas de cultivo están dedicas a esta planta, de las cuales, 72% está en la región conocida como el Triángulo Dorado, entre los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango.