El laboratorio farmaceútico AstraZeneca se prepara a realizar una de sus primeras adquisiciones en China, con el anuncio de sus planes para adquirir Gracell Biotechnologies hasta por 1 mil 200 millones de dólares para aumentar su inversión en terapias celulares para el tratamiento contra el cáncer.
El grupo farmacéutico de origen anglo-sueco ha tratado de utilizar su estatus como uno de los grupos farmacéuticos más grandes en China por ventas para buscar posibles acuerdos.
Pero, al igual que las grandes compañías farmacéuticas rivales, ha firmado principalmente acuerdos de licencia para medicamentos concretos, en lugar de adquisiciones directas.
Según los términos del acuerdo, la farmaceútica AstraZeneca va a adquirir todo el capital social totalmente diluido de la china Gracell a un precio de 2 dólares por acción ordinaria en efectivo, más 0.30 dólares más por acción si alcanza un hito regulatorio.
Esto conduciría a un valor de transacción de 1 mil 200 millones de dólares, una prima del 86 por ciento sobre el precio de las acciones de la compañía el 22 de diciembre. Se espera que el acuerdo se cierre en el primer trimestre de 2024.
AstraZeneca dijo el martes que la adquisición propuesta agregaría un potencial nuevo tratamiento para el mieloma múltiple, un tipo de cáncer de médula ósea.
Susan Galbraith, vicepresidenta ejecutiva de investigación y desarrollo en oncología de AstraZeneca, dijo que el acuerdo aceleraría la estrategia de terapia celular de la compañía en los cánceres de la sangre. Ya está desarrollando tratamientos de inmunoterapia CAR-T innovadores pero difíciles de producir.
Galbraith dijo que el nuevo fármaco candidato es un “tratamiento que tiene el potencial de ser el mejor de su clase” que utiliza un “proceso de fabricación diferenciado” y también podría utilizarse para tratar enfermedades autoinmunes.
A principios de este año, Pascal Soriot, director ejecutivo de AstraZeneca, expresó su entusiasmo por la “explosión” de compañías de biotecnología y la ciencia innovadora en China después de una gira por el país.
Soriot insistió en que el mercado está “completamente abierto” a la inversión de multinacionales como AstraZeneca, y agregó que la industria farmacéutica no sufre el mismo tipo de “tensiones” con China que enfrentan otros sectores debido a su desavenencia geopolítica con EU.
En agosto, la empresa AstraZeneca firmó un documento de acuerdo con CanSino Biologics, originaria de China, para la producción de sus posibles vacunas de ARNm.
En noviembre, el grupo farmacéutico anunció un acuerdo de licencia con Eccogene, con sede en Shanghái, para una posible píldora contra la obesidad, que pertenece a la misma categoría que el tratamiento para la pérdida de peso Wegovy de la firma Novo Nordisk.
La industria de biotecnología china también empieza a atraer la atención de otras farmacéuticas extranjeras.
El director comercial de GSK, Luke Miels, declaró este mes al Financial Times que la farmacéutica británica se encuentra a la caza de acuerdos en China, después de que reconstruyó una “relación muy sólida” con el gobierno y las empresas después de un escándalo de corrupción hace una década.
La firma farmaceútica GSK firmó este año tres acuerdos con compañías chinas, dos de licencia y otro de distribución.
William Cao, director ejecutivo de Gracell, dijo que en la empresa están ansiosos por trabajar con AstraZeneca “para acelerar nuestro objetivo común de llevar terapias celulares transformadoras a más pacientes con enfermedades debilitantes”.