Ataque a Aramco expone talón de Aquiles mundial

Arabia Saudita. La pregunta para el mercado petrolero, y por extensión para la economía global, es qué tan rápido se reparará.

Las llamas en el campo petrolero Nahr Bin Umar, al norte de Basora, Iraq. Essam Al-Sudani/reuters
David Sheppard
Londres /

Los ataques del fin de semana contra la infraestructura petrolera de Arabia Saudita se dirigieron a lo que un analista calificó como el “talón de Aquiles de la economía mundial”, arrasando más de la mitad de la capacidad total de producción del exportador más grande del mundo.

El objetivo principal de los ataques aéreos, de los que EU responsabilizó a Irán, fue la planta de procesamiento Abqaiq, que quedó expuesta como un punto crítico para los suministros de petróleo del reino. El enorme campo Khurais, uno de los más grandes del mundo, también fue golpeado.

Abqaiq se utiliza para preparar hasta 70 por ciento de la producción de Arabia Saudita, la mayoría para la exportación. La pregunta para el mercado petrolero —y por extensión para la economía mundial— es, qué tan rápido se puede reparar. Cuatro personas con información sobre el asunto dijeron el lunes que creen que podrían pasar meses antes de que esté totalmente reparada.

¿Qué es Abqaiq?

La instalación en el noreste del país es “por mucho la instalación petrolera más importante del mundo”, dijo Bob McNally, ex asesor de energía de George W Bush, ya que ningún otro campo o refinería maneja tantos barriles en un día cualquiera.

Rapidan, la consultora de McNally, que asesora a compañías de energía y fondos de cobertura de comercio de petróleo, señaló en mayo que la instalación era una “vulnerabilidad sistémica”, ya que sin ella el mundo perdería alrededor de 7 millones de barriles por día de suministros de crudo, o aproximadamente 7 por ciento del total. “Si realizas y monitoreas una lista de infraestructura crítica de energía, Abqaiq se ubica en la cima”, dijo McNally.

Conectada por ductos a algunos de los yacimientos petroleros más grandes del mundo, entre ellos el campo supergigante Ghawar de Arabia Saudita, el sitio consiste en una compleja combinación de equipos utilizados esencialmente para limpiar y preparar el petróleo del reino para la exportación.

Lo hacen al eliminar las impurezas como el azufre y los metales pesados que tienen el potencial de dañar el equipo de refinación una vez que el crudo se vende y envía al extranjero. El gas asociado con la producción de petróleo crudo también se extrae de la mezcla para venderse por separado o quemarse en las centrales eléctricas de Arabia Saudita. Los líquidos del gas natural, líqudo, como el propano y el butano, también se separan del crudo para venderse.

Arabia Saudita dijo que los ataques los obligaron a perder 5.7 millones de barriles diarios de producción de crudo, 700 mil barriles diarios de gas natural licuado y una gran cantidad de la producción de gas natural del reino.

¿El objetivo de los ataques?

Los ataques, que inicialmente se afirmó que los realizaron con drones las milicias hutíes respaldadas por Irán en Yemen, parecen haber sido con una coordinación y objetivos precisos. Según informes, funcionarios de EU sugirieron que sospechaban que misiles podrían haber sido parte de los ataques.

Imágenes satelitales comerciales que presentó EU muestran que una serie de cúpulas esferoides, usadas para separar el gas del crudo y estabilizarlo para la exportación, parecen haber sido afectadas.

Alrededor de la mitad de las torres de desulfuración, que se utilizan para limpiar sustancias altamente corrosivas del crudo, también fueron afectadas, de acuerdo con la consultora Energy Aspects.

Si bien la petrolera estatal Saudi Aramco probablemente inyecte recursos para las reparaciones —y al ser la compañía más rentable del mundo tiene los bolsillos lo suficientemente llenos— aumentan las sospechas de que puede pasar mucho tiempo antes de que volva a funcionar plenamente.

No es la primera vez que se ataca el sitio de Abqaiq. La seguridad aumentó luego de que al-Qaeda lanzó un ataque infructuoso contra la instalación en 2006, con los enemigos de Riad conscientes de su importancia estratégica.

¿Reparaciones sencillas?

Lo más probable es que no. Si bien la información aún es relativamente escasa, un ingeniero en refinación que trabajó en Abqaiq dijo que la complejidad y la naturaleza especializada de las diversas unidades en el sitio significaban que tomaría tiempo. No hay reemplazos existentes, y si se necesita reemplazar alguna unidad, entonces la construcción no es sencilla.

Se tendrán que drenar, limpiar e inspeccionar los esferoides. Las reparaciones van a ser un procedimiento largo que va a implicar unir gruesas placas de acero. Se van a tener que someter a pruebas de presión para garantizar su seguridad. “La mayoría de las personas que no son ingenieros subestiman el tiempo que se requiere para hacer algo”, dijo el ingeniero de refinación.

Los analistas de Bernstein Research dicen que, dada la complejidad del sistema, incluso el mantenimiento planeado puede tomar hasta tres meses.

Stuart Joyner, de Redburn, una firma de investigación, dijo que el salto en los precios del petróleo del lunes, que en un momento se ubicaron 20 por ciento más altos, “refleja el creciente pesimismo sobre una reparación rápida de las instalaciones”.

¿Qué puede hacer Riad?

El reino tiene opciones, pero ninguna está libre de inconvenientes. Su primera respuesta será sacar el petróleo del almacenamiento para tratar de mantener las exportaciones, tanto de las reservas nacionales como de los inventarios que se encuentran en el extranjero. Pero agotar sus propias existencias puede dejar al mercado más nervioso sobre futuros cortes de suministro, y ya se dice que están en un nivel bajo.

Kpler, una compañía de inteligencia de datos, dijo ayer que su seguimiento del crudo saudita sugiere que el reino tenía menos de 100 millones de barriles de crudo en inventarios disponibles para el mercado. Eso puede agotarse en poco más de un mes, incluso si Arabia Saudita vuelve a poner en línea alrededor de la mitad de su producción perdida.

También es probable que a la producción restante de petróleo crudo de Arabia Saudita reciba una prioridad para la exportación, y se redirija lejos de su propio sistema de refinación. Esto requerirá que Arabia Saudita compre más gasolina, diésel y combustible para aviones en el mercado abierto.

Arabia Saudita también puede tratar de aumentar la producción en otros campos que no dependen tanto de Abqaiq, aunque esto dejaría al mundo con muy poca capacidad disponible.

“Aramco buscará matar de hambre a sus refinerías nacionales para poder cumplir con los compromisos de exportación...ellos tendrán que importar productos petroleros en cantidades bastante considerables”, dijo Saad Rahim, economista jefe de Trafigura, uno de los mayores comercializadores independientes de petróleo del mundo.
“La pregunta fundamental es si el mercado comienza a cuestionar la seguridad a largo plazo del suministro saudita. Este es el talón de Aquiles de la economía global”.

Retraso

Las autoridades sauditas estudian la posibilidad de retrasar la esperada salida a bolsa de Aramco, luego de los ataques.

A dos meses

La petrolera tenía previsto la salida en noviembre en su mercado local y en 2020 en una bolsa internacional.

Histórico

Con la salida a bolsa, Arabia Saudita espera recaudar unos 100 mil millones de dólares, en lo que puede convertirse la mayor OPI de la historia.

Preparan

La semana pasada Aramco eligió a JPMorgan Chase para liderar la operación y a Goldman Sachs y Bank of America para trabajar en la oferta de acciones.

Hasta 5%

Con la salida a bolsa, el gobierno saudita quiere situar en el mercado bursátil alrededor de 5% de su petrolera estatal en 2020 o 2021.


LAS MÁS VISTAS