Bernard Arnault, director ejecutivo de LVMH prepara el terreno para su sucesión

FT MERCADOS

El multimillonario Bernard Arnault sienta las bases del relevo generacional al frente LVMH y prepara cuidadosamente el terreno para que sus cinco hijos dirijan algún día la compañía de casi 400 mil mde.

La familia de Arnault posee 48 por ciento del capital accionario de LVMH.
Adrienne Klasa
Ciudad de México /

Bernard Arnault ha dedicado cuatro décadas a convertir la empresa de construcción, que heredó de su padre en el líder del sector de lujo LVMH, convirtiéndose en una de las personas más ricas del mundo.

Meticuloso, exigente y a veces despiadado, este hombre de 75 años se mantiene profundamente involucrado en la administración de su imperio y no le gusta hablar de sucesión con extraños. Pero entre bastidores, el multimillonario, que en 2022 elevó a 80 años el límite de edad para ocupar el cargo de director ejecutivo, prepara cuidadosamente el terreno para que sus cinco hijos dirijan algún día esta compañía de casi 400 mil millones de euros (mde).

Dos de sus hijos se unieron recientemente al Consejo de Administración de LVMH, con lo que únicamente queda el más joven sin un asiento, mientras Arnault prepara el relevo generacional tanto dentro de su familia como entre los ejecutivos que trabajan con ellos.

“Hace cinco años, se podría haber argumentado que si algo le sucediera a Arnault, tendríamos un director ejecutivo interino, que no fuera miembro de la familia, mientras se esperaba hasta que los hijos crecieran y tuvieran más experiencia”, dice Erwan Rambourg, director global de investigación del consumidor en HSBC. “Ahora no necesitas a esa persona intermediaria porque ya están en ese nivel”.

Está en juego el liderazgo futuro del grupo de lujo más grande del mundo, que abarca desde casas de moda como Dior y Louis Vuitton hasta hoteles y la joyería Tiffany & Co, en un momento en que el sector en general se enfrenta a una desaceleración, luego de un auge sin precedentes durante la era de la pandemia.

La moraleja de Lagardères

Personas cercanas al grupo dicen que es demasiado pronto para decir quién asumirá el máximo cargo: aunque su hija mayor, Delphine, ocupa el puesto de mayor nivel dentro del imperio de Arnault, como directora ejecutiva de Dior y miembro del Comité Ejecutivo, los analistas señalan posibles escenarios en los que dos o más de los herederos podrían dirigir la compañía de forma coordinada.

El tamaño y la participación de mercado de LVMH también significan que su próxima generación de líderes necesitará ser más inventiva para mantener el crecimiento y ya no podrá depender de China, que fue el motor de la expansión del sector durante gran parte de la última década.

Las mejores empresas del mercado de lujo.

El martes, la empresa informó que las ventas de la división de moda y artículos de cuero crecieron 2 por ciento de forma orgánica hasta los 10 mil 500 mde durante el primer trimestre del año. Las cifras, en línea con las expectativas de los analistas de Visible Alpha, marcaron una fuerte desaceleración con respecto al crecimiento de 18 por ciento reportado en el mismo período hace un año, cuando China salió de sus estrictos bloqueos de cero covid, y las ganancias de 9 por ciento, en la división en el último trimestre de 2023.

La demanda en la división más grande de LVMH por ventas todavía se vio impulsada por los clientes chinos, tanto en su mercado local como en el extranjero, con ventas globales a la clientela china que aumentaron alrededor de 10 por ciento, un ritmo más lento que la euforia posterior al bloqueo de principios de 2023, pero más fuerte que otros grandes mercados como Estados Unidos y Europa, donde el crecimiento ha sido débil desde el año pasado.

Arnault, cuya familia posee 48 por ciento del capital accionario de LVMH y 64 por ciento de los derechos de voto, busca evitar el destino de otras dinastías empresariales francesas, donde las sucesiones mal manejadas pueden hundir fortunas.

En el enrarecido mundo de la élite empresarial francesa, la caída de los Lagardères --cuyo grupo, que va desde misiles hasta medios, se endeudó y el hijo lo vendió en pedazos después de la inesperada muerte del patriarca-- se destaca como un cuento con moraleja.

Arnault estuvo en primera fila en el desmoronamiento de los Lagardères, primero como amigo cercano y compañero de tenis del padre, luego como inversionista en el holding familiar mientras el hijo intentó, y finalmente no logró, evitar una adquisición por parte del tiburón corporativo Vincent Bolloré.

Es primordial evitar un destino similar en LVMH. Todos los hijos de Arnault trabajan en el grupo, lugar en el que se les asignaron mentores entre sus altos ejecutivos, después de haber sido preparados para sus funciones desde que eran jóvenes, acompañándolo cuando eran adolescentes en visitas a tiendas los fines de semana o viajes a operaciones en el extranjero.

“Para Arnault, la unidad familiar es sagrada, por eso todo se organiza en torno a eso”, dice una persona cercana al grupo.

Un cambio de roles

Los accionistas votaron el jueves sobre los nombramientos para el Consejo de Administración de Alexandre Arnault, un alto ejecutivo de Tiffany de 31 años, y su hermano Frédéric, de 29 años, recientemente nombrado director de LVMH Watches. Delphine, la directora ejecutiva de Christian Dior, de 48 años, y Antoine, el jefe de imagen y comunicación del grupo, de 46 años, tomaron sus lugares aproximadamente a la misma edad.

Se espera que el hijo menor de Arnault, Jean, director de relojes de Louis Vuitton, de 25 años, se una a sus hermanos en la junta directiva a su debido tiempo, de acuerdo con personas cercanas a LVMH.

Además de los cambios en los roles de la familia, el director general del grupo Antonio Belloni, de 69 años, dejará su cargo después de 23 años como mano derecha de Arnault y será sustituido por Stéphane Bianchi, director de relojería y joyería de LVMH y veterano en la sucesión familiar en el grupo de cosméticos Yves Rocher.

“Los directores no ejecutivos y los directores independientes están ahí para respetar las reglas de gobierno, pero la familia Arnault también invirtió 200 mil mde en esta empresa”, dice una persona familiarizada con las operaciones de la compañía. “Es una evolución natural de la representación de la familia”.

Tres de los cinco hijos fueron designados para nuevas funciones dentro del grupo y sus holdings desde principios de 2023, incluido el nombramiento de Delphine como directora de Dior, la segunda marca más importante del grupo, en febrero del año pasado.

A medida que la siguiente generación avanza, los lugartenientes del patriarca se hacen a un lado para facilitar eso. “No se puede negar a un hijo Arnault”, dice una persona cercana al grupo. “Al final es un grupo familiar”.

El Consejo de Administración actual incluye a los dos hijos de Arnault de su primer matrimonio: Delphine, de 48 años, y Antoine, de 46. Dos de los tres hijos de Arnault --Alexandre, de 31 años, y Frédéric, de 29-- fueron nombrado para puestos en el Consejo de Administración. Al aprobar estos lugares duplicaron la representación de la siguiente generación de la familia en la junta directiva.

Para la familia, los nombramientos directivos se consideran más importantes que los administrativos, dice la persona familiarizada con las operaciones, quien dice que “el hecho de que se nombrara a Delphine para Dior es mucho más significativo, que el hecho de que Frédéric y Alexandre se unan al Consejo de Administración”.

Líderes en entrenamiento

Bajo la estructura que Arnault creó en el holding familiar en 2022 para reforzar el control a largo plazo y la unidad, los miembros de la familia tienen el mismo voto y necesitan ser unánimes en decisiones importantes relacionadas con LVMH, como cambios en su participación accionaria o en la dirección estratégica del grupo. Arnault considera la experiencia operativa como un campo de entrenamiento para esto y regularmente organiza almuerzos con sus cinco hijos para hablar del negocio.

“Su creencia es que (los hijos) serían mejores accionistas si conocieran el negocio por dentro y por fuera”, dice otra persona cercana al grupo. “Cuando se trata de quién lo va a reemplazar y cómo funcionará, es pronto para poder decirlo. Pero mi esperanza es que el mérito prevalezca sobre la emoción”.

El caso Lagardère no es el único sobre el que Arnault reflexiona mientras trabaja para asegurar un imperio duradero. El declive y la desintegración del conglomerado estadounidense General Electric es otro, y bien, muchos de los activos que compró para construir su reino --incluido Christian Dior-- fueron adquiridos de dinastías familiares que atravesaban por tiempos difíciles.

“Bernard Arnault es evidentemente eterno, pero tampoco se hace más joven, por lo que es importante tener al frente a un nuevo equipo de personas con un horizonte temporal más amplio”, dice la segunda persona cercana al grupo. “Mientras más gradualmente se pueda hacer esto, mejor”.

Para los inversionistas, el relevo se esperaba ya que los altos directivos de LVMH como Belloni, Sidney Toledano, de 72 años, y Michael Burke, de 67, avanzan en años. El historial de LVMH a la hora de elegir líderes es sólido y Arnault es conocido por ser implacable a la hora de quitar de sus puestos a las personas que no están a la altura de la tarea, pero esa dinámica está cambiando a medida que la próxima generación de la familia da un paso al frente.

“Estos son zapatos grandes que llenar. Se tuvo una generación de Burke, Belloni y Toledano que son administradores extraordinarios”, dice Flavio Cereda, gerente de carteras del sector de lujo en el gestor de fondos GAM.

“El riesgo ahora es que la familia lo podría cegar… tal vez darles demasiada responsabilidad a tus hijos en lugar de un directivo externo que podría hacer un mejor trabajo”, dice Cereda. “Para ser claros, no tenemos pruebas de eso, pero antes no era un riesgo porque, con la excepción de los hijos (los dos más grandes) del primer matrimonio, los demás eran demasiado jóvenes”.

Si bien gran parte de la atención se centra en la transición familiar, el ascenso de Bianchi a director general del grupo está orientado a la nueva etapa de LVMH.

El ejecutivo de 59 años se unió en 2018, lo que lo convierte relativamente en un recién llegado para los estándares de LVMH, donde el tiempo de la mayoría de los altos directivos al lado de Arnault se puede contar en décadas. Se le da el crédito de haber ayudado a la empresa familiar Yves Rocher a superar una difícil transición generacional después de la muerte del fundador, moldeando al vástago Bris Rocher --solo tenía 19 años cuando Bianchi se convirtió en director ejecutivo en 1998-- para hacerse cargo del negocio.

El ascenso de Bianchi es “una enorme señal de la preparación que se le dará a la siguiente generación”, dice Rambourg de HSBC. “Tiene una reputación fenomenal en Francia por haber salvado al grupo Yves Rocher y de preparar allí a la próxima generación. Por eso quieres a alguien así”.

Lo contrataron como uno de los posibles candidatos para el futuro liderazgo, lo que ejemplifica la práctica de LVMH de barajar varias opciones. “Hay gente que se dedica más a estar en las trincheras (Bianchi) pertenece a la comunidad ejecutiva y al grupo más experimentado que es capaz de ser un líder de líderes y un buen entrenador”, dice la segunda persona familiarizada con el grupo.

Los líderes emergentes de LVMH también tendrán que ser aún más hábiles para seguir creciendo en un mercado mundial de lujo más maduro en el que el grupo ya domina, y sin el mismo tipo de impulso de China.

Cereda calcula que LVMH pasó de tener una participación de 14 por ciento del mercado global de artículos de lujo personales en 2018 al 24 por ciento en la actualidad, y podría aumentar al 30 por ciento en los próximos años.

“Lo que se quiere son innovadores, una administración inteligente que esté claramente alineada… pero mientras que antes eran principalmente personas externas las que habían trabajado con Arnault durante mucho tiempo, ahora hay personas que no han estado allí tanto tiempo y están los hijos, por lo que tiene que conseguir ese equilibrio”, dice Cereda.

Después de todo, si “un directivo externo no funciona --si no se lleva bien con la familia, no está de acuerdo con Arnault o no cumple-- no durará mucho”.

DJR

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