Bob Iger trae nueva esperanza a los accionistas de Disney con el retorno del Jedi

FT MERCADOS

Pero no puede hacer magia para el negocio de streaming.

Bob Iger regresa como CEO de Disney durante dos años.
Andrew Edgecliffe-Johnson
Ciudad de México /

Bob Chapek escribió recientemente a sus colegas en un memorando interno que Disney tendría que recortar personal para hacer frente al deterioro del entorno mediático. No sabía que él mismo se convertiría en una víctima. 

La semana pasada Disney anunció que el Consejo de Administración había despedido a Bob Chapek y llevó de vuelta al legendario Bob Iger como director ejecutivo. Chapek sustituyó a Iger apenas a principios de 2020. 

Wall Street aprendió que el caro y despiadado negocio del streaming —en el que Disney ha invertido mucho— ya no puede contar con el crecimiento de usuarios. La hora de la verdad fue cuando Netflix anunció en abril que había perdido suscriptores por primera vez en una década. 

Desde entonces, Disney ha sentido el peso de dos problemas inexorables, a pesar de contar con una cartera de franquicias que incluye Star Wars y un grupo de princesas de dibujos animados. Su negocio directo al consumidor, que encabeza Disney Plus, perdió 4 mil millones de dólares (mdd) en el año fiscal que recientemente acaba de concluir. Todo esto a pesar de contar con 200 millones de suscriptores de su servicio de streaming

Al mismo tiempo, las cadenas de televisión y cable de Disney, tradicionalmente rentables, se enfrentan a una aceleración del corte de cable y a un aumento de los costos de los derechos deportivos. Para 2022, las utilidades de este negocio se mantuvieron apenas sin cambios para el año. 

Irónicamente, el mejor negocio de Disney, el de los parques temáticos, anteriormente dirigido por Chapek, obtuvo unas ganancias saludables. Estos subsidiaron las ambiciones del resto de la empresa

Las acciones de Disney registran una caída de más de 40 por ciento este año, peor que sus rivales Comcast y Paramount. Warner Brothers Discovery cayó más de 50 por ciento, pero sufre una aplastante carga de deuda y una complicada integración de una fusión. 

El inversionista activista Dan Loeb tomó recientemente una participación en Disney, y sugirió que la compañía debería suspender su dividendo y utilizar el efectivo para pagar la deuda y recomprar acciones. También propuso la idea de separar la joya de la corona, ESPN. De este modo, la vaca lechera, que representa la cadena deportiva y los activos de Hollywood, podrían obtener sus respectivos y adecuados múltiplos de valoración. 

Un representante de Loeb se incorporó al Consejo de Administración, pero Disney se resiste a realizar cambios radicales

Las preguntas en torno a la mejor estructura para Disney ahora las tiene que responder Iger. Aceptó estar en el cargo durante dos años. Su halo de brillantez administrativa tranquilizará a los accionistas durante un tiempo. El precio de las acciones de Disney subió 6 por ciento la semana pasada después del anuncio. Pero no puede hacer magia ni puede crear un final de cuento de hadas, sobre todo para el negocio de streaming, que es muy costoso.

srgs

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